Lech Walesa doblega al Parlamento polaco

El Parlamento polaco se vio ayer incapaz de rechazar el veto del presidente Lech Walesa contra la ley electoral aprobada previamente por las dos Cámaras. La victoria del máximo mandatario significa el fortalecimiento de su posición frente a los legisladores, quienes en la situación actual tendrán que remodelar la ley electoral conforme con los deseos de Lech Walesa y los intereses políticos de la derecha.

Cualquier demora en la elaboración de la nueva ley ofrecerá a Walesa, obligado por la Constitución a convocar las primeras elecciones democráticas polacas en una fecha que permita celebrarlas antes de finales de octubre, la posibilidad de disolver las Cámaras. Los cambios que ha venido reclamando Walesa conducen, entre otros, a permitir que la campaña electoral se desarrolle en las iglesias, lo que prohibía la legislación aprobada el mes pasado por las dos Cámaras.Al vetar la ley, Walesa propuso que las primeras elecciones democráticas se celebraran por un procedimiento más propicio para los partidos políticos, sin que el elector tenga que poner una cruz al lado del nombre del candidato concreto a quien desee votar. Esta fórmula también favorece a la derecha de Solidaridad, que cuenta con una estructura organizativa bastante desarrollada, pero que carece de líderes carismáticos, a diferencia de la Unión Democrática de Tadeusz Mazowiecki, en cuyas filas se encuentran numerosos activistas históricos de Solidaridad.

El hemiciclo del Parlamento polaco fue ayer escenario de una votación dramática. Para rechazar el veto de Walesa sus opositores necesitaban 264 votos. El resultado final arrojó 257 votos contra Walesa, 123 a favor del veto presidencial y 16 abstenciones. Estas últimas resultaron decisivas para el fracaso de la oposición al veto de Walesa. En este resultado final podrían haber influido las veladas amenazas de Walesa. El miércoles, el presidente afirmó que deseaba "evitar las soluciones radicales", formulación que algunos interpretaron como advertencia sobre su disposición a recurrir hasta a medidas inconstitucionales para disolver las Cámaras.