Gómez Ulla, 21
El domicilio de la calle salmantina de Gómez Ulla, número 21, al que llegaron cantidades inusuales de certificados censales para el voto por correo, era una de las direcciones que el PP utilizaba para gestionar esos trámites, presumiblemente ilegales. El concejal electo José María Moreno Balmisa, según ha reconocido, facilitó esas señas, entre otras, a sus electores.Según los documentos en poder del juzgado, suscritos por la Inspección de Correos, el funcionario Jesús de Alba accedió -como otros compañeros- a recibir en su casa de Gómez Ulla los envíos de certificaciones censales, para entregarlos después en el PP. Moreno Balmisa explica que con ello sólo pretendía agilizar los trámites.
Tal agilización suponía que el elector consignaba, supuestamente, en su primer impreso -el que pide el certificado censal a la Junta- una dirección distinta de la suya, para que vayan a ella las papeletas. De allí los sobres pasaban al PP; y del partido se enviaban de nuevo a la Junta Electoral, con el voto ya emitido.
Jesús de Alba, el funcionario que vive en Gómez Ulla, declaró a la inspección: "Ninguna certificación de las que me llegaron iba a mi nombre, pero sí a mi domicilio". Y agrega que luego las entregó en el PP.
20 o 25 al día
Jerónimo Sánchez, el cartero de la calle de Gómez Ulla, declara a su vez que entregó allí certificaciones, y que nadie rirmaba los justificantes. El inspector refleja que Jerónimo Sánchez "recuerda que le entregó [a Jesús de Alba] un volumen bastante considerable de certificados del censo. Durante tres días le entregaría entre 20 o 25 cada uno".
El funcionario de Correos Andrés Rodríguez también aceptó recibir certificados censales en su casa porque se lo pidieron dos personas: igualmente después los entregaría en el PP. El inspector que hizo la investigación en Correos preguntó: "¿No le extrañó recibir más certificaciones que las de las dos personas?". "Me extrañó", contestó, "pero pense que serían familiares de ellos".
La desviación de certificados al PP es sólo una de las modalidades del supuesto fraude. Otras sospechas extienden la irregularidad a todo el proceso, desde la petición inicial del certificado del censo, y tienden a explicar que en las pasadas elecciones los votos por correo en Salamanca fueron 29.800 cuando en las anteriores sumaron sólo 9.000. Según esta tesis, en los pueblos pequeños es muy fácil saber quiénes residen fuera y, con la connivencia de funcionarios de Correos se puede votar por ellos.
Las mayorías absolutas en la Diputación y el Ayuntamiento de Salamanca, obtenidas por el PP, se han dirimido por dos centenares de votos en el primer caso y por algo más de 2.000 en el segundo.
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