Los partidos italianos, enfrentados ante el referéndum sobre la ley electoral

El referéndum de mañana y el lunes para reducir a una las cuatro preferencias que cada italiano puede conceder a un candidato en las elecciones ha dividido a la opinión pública y a los partidos y ha provocado una guerra entre el presidente de la República, Francesco Cossiga, y el del Tribunal Constitucional, Ettore Gallo.

El enfrentamiento se ha debido al hecho de que Ettore Gallo, uno de los más prestigiosos juristas de Italia, ha equiparado -hablando como "ex partisano", no como presidente del alto tribunal- la república presidencial que desearían el líder socialista Bettino Craxi y Cossiga para Italia, con la que llevó a Hitler al poder. Cossiga ha pedido a Gallo que dimita.Ayer, el periódico Il Corriere della Sera decía en su editorial que "en nuestra extraña república está en curso una guerra descubierta de todos contra todos". El director de La Repubblica, Eugenio Scalfari, escribió que la polémica entre Cossiga y el presidente del Tribunal Constitucional "abre en el país una crisis instituclonal sin precedentes de la que debe hacerse cargo el Gobierno y el Parlamento".

Los ánimos están tan tensos que los observadores afirman que un referéndum que parecía llamado a quedar en el olvido -Craxi había afirmado: "Mejor que la gente se vaya a tomar el sol al mar"- ha acabado dividiendo al país, lo que sólo había ocurrido con los referendos sobre el divorcio y el aborto.

Más allá de su valor real (el de reducir a una las preferencias electorales), la consulta sobre la reforma de la ley electoral italiana se ha convertido en una serie de complejas cuestiones entrelazadas.

Las aguas se dividen entre quieries ven en el referéndum un primer paso hacia una "reforma" seria del actual sistema y los que prefieren pasar directamente a tina. nueva república "presidencialista". Los primeros piensan que esta república no se ha agotado y que lo que hace falta es actuar según la Constitución para dar mayor transparencia a la política.

Partidarios de la consulta

Mario Segni, democristiano, promotor del referéndum, ha denunciado que en Catania las preferencias; "se venden a 300.000 liras cada una". A favor de la participación en el referéndum se hallan personajes muy diferentes, desde Umberto Eco o Gianni Agnelli hasta los jesuitas; desde los liberales y republicanos hasta los ex comunistas y los neofascistas del MSI.

Todos ellos ven en la consulta una ocasión para dar una lección a la partitocracia y al abuso de poder de los grupos políticos tradicionales.

En el otro frente está, sobre todo, el Partido Socialista de Bettino Craxi, que considera acabada esta república y ve come, tínica solución para los males de Italia una nueva república fuerte, con la elección directa del jefe del Estado. Por ello, el referéndum les parece inútil.

Con los socialistas se encuentran esta vez las Ligas de Bossi, los socialdemócratas y, en parte, la Democracia Cristiana, que ha dejado libertad de voto a sus afiliados.