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Reportaje:

Días de escuela

Estos días en Madrid tres tipos de lecciones para estudiantes diferentes. El actor y director teatral Ferrán Rañé enseña a hacer reír en el curso sobre El gag, la comedia y el humor organizado por el Proyecto Piamonte. En la sala Cuarta Pared se imparten enseñanzas sobre las técnicas de contar cuentos, y el próximo jueves, día 6, comienza el 11 Congreso Internacional de Grafología, la ciencia que descubre quién está detrás de lo escrito.

El propio Ferrán Rañé advierte a sus alumnos antes de comenzar la lección: "De aquí nadie va a salir gracioso porque sí". El actor será por unos días maestro de donaire.En sus manos quedan dos cursos sobre El gag, la comedia y el humor organizados por el Proyecto Piamonte. Desde el chiste más simple, mudo y contundente hasta el argumento elaborado para descoyuntarse. "En realidad", cuenta Ferrán Rañé, "se trata de un curso de interpretación actoral Con acento en el gag".

"Parece que hacer un chiste es algo simplemente intuitivo pero tiene sus reglas, y vamos a ponerlas panza arriba. En el teatro se juega con la música, el ritmo, el tiempo escenico. En el gag se subvierte el orden de todos estos elementos". Después de 20 años ante el público en prolíficas compañías teatrales, Ferrán Rañé ha sido catequista del humor en el Instituto de Teatro de Barcelona, en Madrid y en Buenos Aires. En su programa didáctico regala a los alumnos todasu filosofía teatral y aprovecha para investigar.

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¿Cómo demonios se puede cada noche alegrar la vida a ese puñado de desconocidos que acuden al teatro? "Los cursos me ayudan como actor y como director". Queda terminantemente prohibido pasarlo mal. El profesor Rañé se declara reflido con la angustia, y amenaza con poner deberes a los menos aplicados. Serán deberes de risa. Los cursos se impartirán entre los días 4, 8, 11 y 15 de este mes de junio. Información en el teléfono 448 73 27.

Durante todo el mes de junio, cada lunes a las siete de la tarde, en la sala de teatro Cuarta Pared enseñan a contar cuentos.

Podría ser algo así: "Cuando cuentes cuentos, cuenta cuántos cuentos cuentas. Cuenta cuántos cuentos cuentas cuando cuentes cuentos". Nuestras abuelas lo hacían generosamente, sin lápiz ni papel. Tan sólo articulaban la lengua con un mínimo de gracia y mucha memoria. Pero hoy en día hay métodos, para todo.

Había una vez una niña que emigró a un país del Caribe. Creció y fue a la universidad. Allí, sentada bajo un árbol sobre el césped, escuchó sin hartarse y con asombro un cuento trasotro. Cuando tuvo la oportunidad trató de aprender a contarlos ella misma.

Todo empezó al otro lado del mapa. La niña era -y es- Marga. Labarga, y Adolfo Simón, su socio en estos talleres de tres meses de duración que al menos ayudan a quedar como un rey ante los niños un poco hastiados de escuchar siempre las mismas historias.

Si con un poquito, de empeño la imaginación puede convertir en sapo a la peor de nuestras vecinas habrá merecido la pena. Vivan las mentiras. Los cuentos podrían quedar escritos, y con ellos todos nuestros secretos asomados a través de la letra. Hay personas a las que jamás se puede engañar. Un solo trazo y estás en sus manos. Luego no vale decir que esa firma no es la mía, ni ese anónimo me corresponde, o escribí sinceramente aquel "te quiero".

Los grafólogos ven sobre y entre las líneas. Lo saben casi todo, y para aprender más y más sereúnen el próximo jueves en Madrid, en el II Congreso Internacional de Grafología que organiza la sociedad española dedicada a poner en práctica aquello de "dime cómo escribes y te diré quién eres".

Una inocente caligrafía, una letra insignificante realizada de manera inconsciente, puede ser deternúnante a la hora de conseguir un puesto de trabajo, descubrir una falsificación, comprobar la veracidad de un suicidio, reinsertar a un delincuente, paliar el fracaso escolar, apoyar diagnósticos psiquiátricos y sociológicos, o confirmar que, como sospechábarnos, Isabel la Católica tenía demasiado carácter.

Un hombre, una grafía

Sin embargo, la grafopsicóloga y perita calígrafa Berta Andress es sincera al afirmar: "No somos médicos. Corregimos las manifestaciones de ciertos trastornos, pero, nadie puede demostrar que un cáncer se cure a través de la escritura. Donde hay un hombre hay grafía. Es el vehículo que utiliza nuestra mente para expresar cuanto piensa o siente". Días 6. 7 y 8 de junio, en el salón de actos del Centro Menéndez Y Pelayo, Duque de Medinaceli, 8, aunque toda la información está en el teléfono 531 16 40. Conviene tanto llevar lápiz y papel como no dejar los apuntes al alcance de cualquiera.

Si un escritor crea su propia infraestructura para publicar y publicarse, no está demás repasar la experiencia de un grupo de polifacéticos artistas felices poseedores de su sala de exposiciones. Felipe P. Enciso aspira a convertirse en Tápies y dejarse atravesar la sien con una flecha. César tiene prisa por crear una revista, Eva. Punki Bárbie Ideal renuncia a la pintura y prepara una exposicion de objetos forrados por ella misma con telas estampadas. Ellos preparan con esmero una exposición con las cosas del músico Poch. Será cuando Felipe P. Enciso haya vendido todos sus cuadros. El legado social de Def con Dos está en la calle de la Palma, número 34.

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