Una digna interpretación
La interpretación íntegra de La Walkiria puso de manifiesto además del mérito de las voces el esfuerzo de la Orquesta de Valencia, una formación no especializada en Wagner, que fue capaz de remontar imitaciones y ofrecer un soporte eficaz y digno a este ambicios empeño artísticoJames King electrizó con su soberbia encarnación musical del personaje de Siegmund. Cantó con bravura y sorpremente energía los pasajes más dramaticos, como ese Walsel! (el segundo) sobrehumano, mantenido sobre el sol en alarde de fiato que para sí quisieran muchos tenores jovenes. Si en algún momento, como la Frase Schwester! Geliebte!, el instrumento vocal de King pudo quebrarse en otros, como el Winterstürne,denotar la fatiga propia de la edad (66 años), el nivel global fue muy alto, porque el tenor no sólo cuidó las notas, sino que sobre todo fraseó y articuló con auténtico magisterio wagneriano.
La Walkiria
Ópera de Richard Wagner. Solistas y, Orquesta de Valencia. Direccion: Randall Behr. Palau de la Música de Valencia. 24 de mayo.
James Morris dió más la talla lírica que la dramática del papel de Wotan. Aunque menos depurado en la línea de canto, convenció por la calidad general de su frasco ( conmovedor en instantes concretos, como Nim Mein Eid), acariciadora media voz, por ejemplo en la escena de los adioses o su desafiante interpetación final. Por su parte Joy McYntire fue una Brünnhilde no ilimitada en los registros grave y agudo de su voz pero con un centro de incuestionable belleza timbrica, con el problema de una afinación no siempre impecable. A Mechthild Gessendorf cupo el honoroso cometido de sustituir a última hora a la mítica soprano asutríaca Leonie Rysanek. Lo hizo con absoluta solvencia musical, si bien faltó cuidado en su dicción y redondez timbrica en la franja grave de su voz.
El bajo Mihail Mihaylov exhibió potencia y bellísmo color vocal en un Hunding no inatacable en la afinación. Helga üller Molinarli tuvo que forzar su instrumento en ocasiones más de lo deseable en un papel, el de Fricka, quien no le era familiar. El grupo de Walkyrias, varias de ellas pertenecientes al coro de Valencia, aportó buena voluntad al comprometido episodio de la Cabalgada.
Randall Behr puso su innegable oficio como director al servicio de una lectura equilibrada en el tempo aunque lineal en su penetracion poética y psicologica del drama. En los profesores de la Orquesta de Valencia encontré el maestro los colaboradores esforzados generalmente receptivos a sus indicaciones.La cuerda grave estuvo más empastada y flexible que el restode la sección de arcos. En las maderas fueron más cuidadas las intervenciones de solistas que de conjunto. Mayores problemas hubo en los metales y la percusión, tanto por ajuste sonoro como por flexibilidad dinámica..
Todos estos detalles no impidieron que el interés y la pertinencia de esta iniciativa de ofrecer una opera de Richard Wagner en, versión de concierto, acompañando la audición con un libreto completo en tres idiomas, recibiera el aplauso entusiasta y absolutamente justificado del público.
Babelia
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