La Comunidad Europea desbloquea su ayuda alimentaria y técnica a la URSS

La reunión de la Comisión Mixta entre la Comunidad Europea y la URSS celebrada ayer y anteayer en Bruselas logró un acuerdo para el envío de la ayuda alimentaria y la asistencia técnica aprobado por la CE el pasado 15 de diciembre en la cumbre de Roma, pero bloqueado hasta el momento por problemas de procedimiento y dificultades de presupuesto.

El jefe de la delegación soviética, el viceministro de Asuntos Exteriores, E. Obminsky, destacó "el interés que para la Unión Soviética y el mundo occidental tiene que los Siete Grandes logren una posición común de apoyo al proceso de reformas" en la cumbre que mantendrán en Londres el próximo mes de julio.Obminsky manifestó no saber si las necesidades soviéticas de ayuda serían "20.000 millones o 30.000 millones de dólares" (entre dos y tres billones de pesetas) y precisó que "una deuda de seis billones de pesetas para un país tan gigantesco como la URSS no es algo catastrófico".

La Unión Soviética busca el acercamiento con los Siete Grandes (Estados Unidos, Alemania, Japón, Francia, Reino Unido, Canadá e Italia) desde hace tiempo y fue el primer ministro Nikólai Rizkov el primero en enviar una carta a los principales líderes occidentales en este sentido. "El encuentro con Gorbachov ayudaría a definir métodos para salir de la crisis". El acuerdo logrado con la CE permitirá el envío de ayuda alimentarla por valor de 250 millones de ecus (32.500 millones de pesetas). La URSS ha tenido que proporcionar una lista de los millares de beneficiarios (hospitales, instituciones sociales) y su reparto por repúblicas.

Este requisito ha provocado un retraso de meses, pero la CE no podrá comenzar los envíos hasta el mes de julio. La primera entrega será de 80.000 toneladas de alimentos por valor de 215 millones de ecus. Para las 12.000 toneladas de alimentos restantes aún no hay fecha de cuándo comenzaran a enviarse.

La ayuda total prometida por la CE a la URSS se completa con garantías de crédito por valor de 500 millones de ecus (65.000 millones de pesetas) para la compra de productos alimenticios. El viceministro de Exteriores de la URSS puso el acento en la existencia de "un programa anticrisis" apoyado por las -repúblicas (sólo Georgia y Estonia lo han rechazado) como factor decisivo para concretar acuerdos.

Por su parte, el presidente de Estados Unidos, George Bush, cuestionó ayer en Washington si la inyección de dinero fresco será suficiente para que la Unión Soviética pueda llevar adelante la pretendida reforma económico-político-social iniciada por Mijail Gorbachov. Bush reaccionó con mucha frialdad a las palabras que pronunció el líder soviético el pasado miércoles en Moscú, en las que pedía abiertamente al Grupo de los Siete (G-7) 100.000 millones de dólares para nivelar la balanza financiera de su país.

Bush explicó que no había recibido ninguna comunicación oficial por parte de Moscú, pero, refiriéndose a la petición del presidente soviético, dijo que '100.000 millones de dólares es un montón de dinero". El presidente norteamericano se mostró dubitativo sobre el efecto que pueda tener una simple ayuda económica a la Unión Soviética al decir:

"Mis únicas reservas son: ¿ayudará el dinero a la Unión Soviética?, ¿ayudará el dinero a alcanzar la reforma?". El presidente no quiso comentar abiertamente su opinión sobre la presencia de Gorbachov en la cumbre de los Siete que se va a celebrar en Londres el próximo mes de Julio, a pesar de que hace dos semanas él mismo recomendara a los demás miembros del club - Alemania, Francia, Gran Bretaña, Italia, Japón y Canadá que Gorbachov asistiera como oyente a la cumbre. Sobre la presencia de Gorbachov en Londres, Bush añadió que "todas las opciones están abiertas".