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Mazowiecki y los ex comunistas vetan en el Parlamento la ley antiaborto polaca

El Papa Juan Pablo II llegará el 1 de junio a Polonia sin poder felicitarse por la promulgación de una severa legislación antiabortista. El proyecto fue bloqueado ayer en el Parlamento por los diputados de la Unión Democrática, de Tadeusz Mazowiecki, y los ex comunistas, pese a las fuertes presiones de la Iglesia católica.

El grupo parlamentario de Solidaridad también presionó inútilmente y la decisión de la Cámara, aparte de ser un duro revés para la Iglesia católica polaca, amenaza con desencadenar enfrentamientos entre los partidos y entre las instituciones públicas. Puede esperarse un ataque contra el semidemocrático Parlamento a la vista de que los proyectos de prohibición del aborto fueron bloqueados en gran parte por los ex comunistas. El episcopado de Polonia desmintió categóricamente los rumores sobre el supuesto beneplácito de la Iglesia para la solución del problema del aborto adoptada ayer por la Dicta.La resolución que permitió torpedear la promulgación de una ley que establecía penas de hasta dos años de privación de libertad para el médico o para la mujer que abortase fue presentada por diputados de la Unión Democrática, quienes pedían al Gobierno, al mismo tiempo, que presentase un plan de protección de la madre y del niño y un programa de educación sexual.

Asimismo, los autores de la iniciativa se comprometieron presentar, hasta mediados de junio, un paquete de leyes que permita reducir la aterradora cifra de 600.000 abortos al año que se efectúan en Polonia.

Entre otras, está prevista la abolición de una ley de 1956 que legalizaba plenamente el aborto por razones de índole social. Las iniciativas pasarán también por la prohibición del aborto en gabinetes privados.

En el curso del debate, los diputados del resto del grupo parlamentario de Solidaridad, que representan un 25% de la Cámara, arremetieron contra la Unión Democrática a la que tacharon de "hipócrita". El calificativo más suave contra los diputados favorables a la congelación del debate fue cobardes. No faltaron comparaciones de la legalización del aborto con la política de exterminio a la que intentaron someter a los polacos los nazis en la Segunda Guerra Mundial.

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