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Crítica:POP
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Y compinches

Cómplices actuó en primer lugar y ofreció un concierto breve, reposado e intimista. Teo Cardalda estructura sus canciones mediante tonalidades muy definidas que recorre con un tipo de rítmica sincopado, entrecortado, muy propio de cierta sonoridad baladística norteamericana. Sobre este entramado, las voces dibujan melodías cíclicamente interrumpidas por cadencias complejas en las que el bajo y la guitarra cohesionan las partes diferenciadas de cada terna.En ocasiones, la continuidad de las composiciones se resiente, y el grupo -sobre todo en directo- camina hacia terrenos instrumentales exhibicionistas, que le apartan de la expresividad y voz propia que sin duda posee, y que en la anterior experiencia musical de Cardalda -Golpes Bajos- constituyó un ejemplo de espontánea plenitud.

Cómplices y Presuntos Implicados

Pabellón de Deportes del Real Madrid. 4.500 personas. Precio: 900 pesetas. Madrid, 16 de mayo.

El repertorio es irregular en cuanto a la oportunidad de sus estribillos, pero el último concierto madrileño de Cómplices tuvo un inmediato correlato emocional por parte del público, pues ofreció las muestras más inspiradas de la producción de la banda.

Principios

Presuntos Implicados expresaban hace ya 10 años su amor al funk redentor que les había hecho bailar de nuevo. Tras tal eufórica declaración de principios, su carrera corrió pareja a la de bandas, sobre todo inglesas, que durante los ochenta pigmentaron de blanco el líquido áspero de los ritmos negroides.Presuntos Implicados defiende en directo un repertorio, en ocasiones manierista, con elegancia pareja a Blue Monkeys o Curiosity Killed the Cat, formaciones señeras del género en las islas Británicas. La sección rítmica permanece en segundo término, lo cual no quiere decir que se diga menos, sino que la banda realiza una inusual dosificación de planos sonoros altamente sugerentes.

Y luego está Soledad Alonso, Sole, que es punto y aparte, y que no canta como puede, sino como quiere. Sin incurrir nunca en excesos al alcance de sus cuerdas, interpreta y baila con la frescura de una Campanilla de Disney felizmente corpórea.

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