_
_
_
_
Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

El señuelo sirio

LAS VISITAS coincidentes a Oriente Próximo de los responsables de Exteriores de la URSS y EE UU es quizá la expresión más cabal de las novedades que están surgiendo en la zona después de la guerra contra Irak. Los viajes de Baker y Besmértnij han sido, sobre todo, una acción mancomunada para sacar adelante un plan que permita desbloquear el problema palestino y las relaciones árabe-Israelíes. El recuerdo de la época de Camp David en que la URSS, fracasada su política de alianzas con El Cairo, era marginada de Oriente Próximo y el notable giro soviético de aproximación a Tel Aviv explican la distancia recorrida. Moscú, después de los reveses sufridos en sus relaciones amistosas con IOS presuntos regímenes progresistas -Siria, Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Libia e Irak-, adopta un nuevo enfoque ante los problemas de la región y reconoce el papel decisivo que hoy tiene Washington, reforzando su cooperación.El nuevo talante: de Besmértnij en su visita iraelí se reflejó, sobre todo, en las cosas que no dijo: no mencionó a la OLP; no habló de los asentamientos isra,elíes en los territorios ocupados; utilizó un lenguaje flexible al referirse a la proyectada conferencia de paz., evitando el adjetivo de internacional, rechazado por Shamir., La URSS ha aceptado la idea básica de Baker de preparar un marco regional para promover las negociaciones en una doble vía: por un lado, Israel cori. los palestinos; por otro, Israel con los países árabes con los que -salvo Egipto- aún mantiene un estado de guerra. Con tal fin, Balker consiguió de la mayor parte de los aíses árabes las máximas concesiones en los aspectos formales de la reunión: se deja de hablar de conferencía iniernacional; el papel de la ONU se diluye; EE UU parece aceptar, incluso, una conferencia-ceremonia que inauguraría las negociaciones bilaterales. El plan es dejar al Gobierno de Israel, sin objeciones posibles y, obligarle a sentarse a negociar los problemas esenciales.

Sirla ha sido la oveja negra en esta táctica: amenazó con rechazar la conferencia si la ONU no desempeñaba el papel decisivo que le corresponde. No deja de ser curioso que Siria, cuya conducta internacional nunca ha sido particularmente ejemplar basta recordar su papel de apoyo al terrorismo-, aparezca ahora defendiendo a la ONU en la solución de los problemas de Oriente Próximo. Pero ese señuelo no debe engañarnos. En la actitud sirla pesa, sobre todo, el deseo de obtener cartas para la negociación del problema del Golán, que es el Iema decisivo para ella.

En todo caso, las objeciones de Siria no pueden disimular que el fondo de la cuestión consiste en la reiterada negativa de Israel a aceptar su retirada de los territorios ocupados. En vísperas de la llegada de Baker, Shamir ha reafirmado su intransigencia en ese tema, que es sustancial y no de forma. Intolerancia que, de mantenerse, tiraría por tierra todos los esfuerzos de Baker. Sea uno u otro el carácter de la conferencia -e incluso de la representación palestina-, el momento decisivo de la negociación será la aplicación de la resolución 242 del Consejo de Seguridad; es decir, que Israel acepte cambiar paz por territorio, retirándose de los espacios ocupados.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Al margen de las tácticass, que se empleen para iniciar la negociación, ese punto decisivo es insoslayable. Quizá el Gobierno de Shamir piensa en una conferencia dedicada a los terrías del agua, del medio ambiente en la zona, del desanne, dejando el problema palestino como está. Sería algo inimaginable. Lo sensato, por el contrario, es asumir que la seguridad de la sociedad israelí no se puede basar en la ocupación de territorios extranjeros y en la opresión de otro pueblo, salvo que se opte por el. suicidio. Por ello es tan necesaria en estos momentos una presión inequívoca de EE UU -el único que tiene argumentos para hacerlo- capaz de convencer a Israel de que adopte una actitud constructiva.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_