Las desavenencias con el Gobierno fuerzan a Pöhl a abandonar el Bundesbank antes de fin de año
El presidente del Bundesbank -el banco central alemán-, Karl Otto Pöhl, renunciará a su cargo antes de fínales del presente año, pese a que su mandato no expira hasta 1995. Aunque Pöhl no lo ha confirmado, el hecho de que no negara los insistentes rumores en este sentido, junto a las filtraciones de fuentes gubernamentales en el sentido de que hace ya una semana que comunicó su decisión al Gobierno de Bonn, más la reunión que mantuvo ayer por la tarde con el canciller Helmut Kohl, apuntan claramente a que hoy, al finalizar la reunión del consejo directivo del Bundesbank en Francfort, anunciará su decisión.
Los rumores sobre la eventual renuncia de Pöhl a su cargo empezaron a surgir en torno al fin de sernaría. El martes, después de que algunos medios de prensa a se hilbieran hecho eco, un portavoz del Bundesbank anunció en Francfort que su presidente "lamentaba las informaciones", pero que no efectuaría ningún comentario sobre el tema hasta después de la reunión del consejo ejecutivo del Bundesbank que debe tener lugar hoy. Poco después, en Berlín, donde se hallaba reunido el Parlamento alemán. (Bundestag) en una sesión extraordinaria en la que se aprobó la subida de impuestos destinada a financiar la unificación alemana, fuentes gubernamentales confirmaron que Pöhl ya había anunciado al canciller su decisión, alegando razones personales.
Pöhl que cumplirá 61 años en diciembre y que es un hombre ligado políticamente a la socialdemocracia (SPD), es presidente del banco central alemán desde 1980, y debería seguir en el puesto hasta el 31 de diciembre de 1995. Su dimisión sigue a una serie de incidentes y de enfrentamientos con el Ejecutivo, que tienen su origen en la unión monetaria entre los dos Estados alemanes, de la que se cumplirá un año el próximo primero de julio. Pöhl se opuso abiertamente a las condiciones de cambio entre el mareo oriental y el occidental establecidas por el canciller Helmut Kohl, que al final impuso su criterio.
Los rumores son de tal intensidad que incluso se están barajando varios nombres para cubrir la vacante de Pöhl. De momento, los candidatos que suenan zon una mayor intensidad son Helmut Schlesinger y Hans Tiet Meyer. Schlesinger es el actual vicepresidente del Bundesbank, en tanto que Meyer ocupa uno de los puestos de la comisión ejecutiva del banco central alemán.
Según el Frankfurter Afigemeine, que cita fuentes del Bundesbank, Pöhl ha perdido los nervios en numerosas ocasiones en los últimos meses, y ya no es el hombre de carácter tranquilo y relajado que todos conocían.Razones de peso
Estas mismas fuentes aseguran que el presidente del Bundesbank se considera maltratado por el Gobierno, cree que la institución que preside, auténtico artífice de la fortaleza y estabilidad del marco, está perdiendo su tradicional independencia. y asegura que últimamente está dedicando excesiva energía a desfacer los entuertos que el Gobierno de Bonn va dejando en el campo internaclonal.
Cabe también la posibilidad de que Pöhl, de quién se asegura que ha recibido ofertas muy atractivas en el campo de las finanzas internacionales, pudiera estar alimentando los rumores sobre su dimisión para reforzar su posición, que se ha visto erosionada en los últimos tiempos.
Otro reciente fracaso del poderoso banquero alemán ha sido su intento de reestructurar el Bundesbank, cuyo consejo ejecutivo consta en la actualidad de siete directores y los presidentes de los bancos centrales de los 11 Länder de la antigua RFA, en total 18 personas. Con la unificación, los nuevos cinco Estados federados quieren acceder también al control de esta Institución, a lo que Pöhl se opone, sugiriendo a cambio reducir el número de bancos centrales en Alemania a base de agrupar varios länder, operación que ha topado con la frontal oposición política.
Los rumores sobre su salida levantaron el martes un pequeño temporal en los centros financieros. El marco cayó fuertemente con respecto al dólar y la bolsa de Francfort sufrió también una importante caída, perdiendo casi 12 puntos. Ayer, sin embargo, el efecto tomó una dirección contraria y el marco volvió a apreciarse con respecto al dólar. La bolsa de Francfort siguió bajando, pero tan sóllo ocho puntos.
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