_
_
_
_

Subasta de un experimento de Goya sobre marfil pintado en los últimos años de sus vida

Una de las escasas miniaturas del pintor sale a la venta en Nueva York en 65 millones

Goya no sólo derrochó genial capacidad para retratar y comentar su tiempo, sino que también fue un incansable innovador de técnicas plásticas, en las que se entretuvo hasta las mismas vísperas de su muerte. Una de sus más desconocidas experimentaciones consistió en pintar sobre finas y mínimas planchas de marfil, de las que sólo hay constancia de la supervivencia de una decena. Uno de estos peculiares experimentos realizados en Burdeos, -Maja y celestina, elaborado sobre una superficie cuadrada de 54 milímetros de lado- va a ser ofrecido en subasta en Nueva York, el próximo 30 de mayo, por Sotheby's, que estima recibirá por él del orden de las 350.000 libras (unos 65 millones de pesetas).

Hugh Brigstocke, uno de los responsables del departamento de viejos maestros de Sotheby's, cree que esta pequeña y frágil pieza, trabajada sobre una plancha casi transparente de menos de un milímetro de grosor, es un dignísimo ejemplo del carácter experimentador que animó la vida de Goya, un espiritu que agradece y evalúa el mercado. "A la gente le interesa Goya no sólo por la calidad estética de sus pinturas, sino por el modo singular de su técnica, también puesta de manifiesto en sus grabados".Este ejercicio es uno de los alrededor de 40 que acumuló Goya en su exilio bordelés, cuatro años antes de morir.

Sólo la mitad de ese conjunto de experimentos ha sido identificado a partir de fotografías y apenas una decena están localizados. Sotheby's subastó en 1963 dos que pertenecieron al hispanista escocés Stirling-Maxwell. Un museo de Estocolmo pagó entonces 6.000 libras por cada una de ellos. Goya no detalla en su misiva la técnica usada en su trabajo, que los expertos dicen consistía en ennegrecer la cara de marfil con carbón o material similar, dejar caer sobre ella unas gotas de agua y trabajar con espátula y pincel sobre la superficie medio despejada por el agua. Existe la impresión de que Goya creó muchas más de estas obritas, pero las borraba y volvía a cubrir para ahorrar marfil.

Todos aquellos trabajos sobre marfil los trasladó a España el hijo de Goya a la muerte del pintor, y pronto se perdió de vista la mayoría, a lo que contribuyó la fragilidad de la superficie y lo escaso de su tamaño. Éste que se subasta lo vendió en Madrid Luis de Portilla en 1880 y llegó de forma desconocida a manos de Keneth Clark, historiador del arte y director de la National Gallery de Londres, uno de cuyos herederos, el comandante Andrew Clark, lo ha ofrecido a Sotheby's.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_