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Solchaga critica a los bancos por no bajar el interés de los créditos tan rápido como el de las cuentas

ENVIADA ESPECIAL El ministro de Economía, Carlos Solchaga, criticó ayer en Washington la asimétrica reacción de bancos y cajas a las caídas de tipos de interés realizadas este año. Solchaga aseguró que estaba "deseando ver esa guerra del activo de la que tanto se habla". En su opinión, las entidades de crédito "han trasladado punto por punto las rebajas de tipos a los depósitos mientras no se ve la misma reacción con los créditos".

El titular de Economía y Hacienda criticó también la decisión de Estados Unidos de rebajar, en medio punto, desde el 6% al 5,5%. sus tipos de interés, pese a que tanto el Grupo de los Siete (los siete países más ricos del mundo) como el Fondo Monetario Internacional han defendido la adopción, primero, de las políticas monetarias y fiscales necesarias para que los tipos de interés reales bajen a medio plazo.Solchaga y el presidente del comité interino del Fondo Monetario Internacional, (que es la cúpula organizativa del Fondo), el canadiense Michael Wilson, coincidieron ayer, con escasas horas de diferencia, en una afirmación que se ha reiterado a lo largo de estos días: "Todo el mundo desearía una caída de los tipos de interés reales a medio plazo". Esta aseveración de buena voluntad no oculta, sin embargo, la crítica a cualquier rebaja de tipos a corto plazo pues, según el Fondo Monetario Internacional, "si la situación económica no respalda esta decisión cualquier recorte de intereses sólo dará beneficios a corto plazo". Esta es la principal conclusión de la reunión de primavera del FMI que concluyó ayer. La asamblea anual se celebrará en Bangkok el 13 de octubre.

Un problema añadido de la decisión que adoptó ayer la Reserva Federal es, a juicio de Solchaga, que pone en evidencia la escasa capacidad de los organismos internacionales, como el Fondo Monetario Internacional, o de las agrupaciones de países, como el Grupo de los Siete, para coordinar con éxito las líneas generales de la política económica de los países desarrollados. Con todo, en opinión de Solchaga, "para los europeos son tan importantes o más los tipos de interés en Nueva York como ver si una modificación de los propios provocará o no tensiones en el Sistema Monetario Europeo".

Con todo, la preocupación por recuperar el crecimiento económico es más que prioritaria para países como Estados Unidos o Francia que ya se ven inmersos en la recesión. A cambio, Alemania está mucho más preocupada por un posible recalentamiento de su economía debido al empuje de la demanda interna tras llevar a cabo el proceso de reunificación.

La situación española, según Solchaga, no es demasiado preocupante en ninguno de estos dos sentidos por lo que el ministro reiteró que los tipos de interés seguirán bajando a lo largo del año. Tal caída, dijo, será más acusada en los intereses a largo plazo que en el tipo básico o de intervención, que es el que fija el Banco de España. La caída de éste último, dijo, debe esperar a un mayor recorte de la inflación.

Claro que la polémica que se ha mantenido estos días en Washington pone el acento en los tipos de interés reales (es decir, en la rentabilidad del dinero después de descontar la inflación), y España mantiene los intereses reales más altos de la Comunidad Europea, aunque no es el socio comunitario que tiene mayor tasa de inflación. En este sentido, el ministro Solchaga señaló que "los tipos de interés reales españoles serán como los europeos cuando nuestra inflación se acerque a la media comunitaria".

Un problema adicional, en opinión del titular de Economía, es que los ciudadanos no están soportando los efectos del recorte de interés. A su juicio, el resultado de que los bancos se hayan dado más prisa en bajar los tipos de pasivo (de cuentas y depósitos) que de activo (de créditos) no beneficia a los clientes y aumenta su margen de intermediación.

Los presupuestos

La discusión sobre los tipos de interés para reactivar la economía no se ha trasladado estos días en Washington a la discusión de las políticas presupuestarias porque, según Solchaga, "hay un acuerdo general de que el menor déficit público es el que no existe". Este consenso sobre el papel no se traduce a la práctica inmediata de países como Alemania o EE UU, o incluso de la propia España, Solchaga reconoció que el programa electoral de su partido para las elecciones de mayo no contempla ningún compromiso de acuerdo para reducir el déficit de ayuntamientos y comunidades autónomas.

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