Kurdos 3
La unanimidad con que sus señorías han respaldado el envío de soldados españoles a Irak para paliar el genocidio kurdo me parece tan lógica como sospechoso el empeño del Gobierno en querer participar en la operación Se está presentando el exterminio kurdo como fruto exclusivo de la represión del Ejército de Irak, y no se explica que el origen de la tragedia es la intervención militar aliada, destructora, sin distinción de kurdo, suní, o shií y alentadora de una rebelión contra Sadam Husein que los kurdos se tomaron al pie de la letra. El ojo del Gran Hermano es nuestro ojo, y así como nos enseña a los kurdos cual corinoranes afectados por la marea negra, nos oculta al resto de los habitantes de Irak, víctimas del más sospechoso intervencionismo militar de los últimos tiempos. ¿Por qué no vimos el éxodo shií? Porque eso implicaba hacerle el juego a Teherán ¿Por qué no vemos cómo ha quedado el resto de Irak, cómo sobreviven sus gentes, sin alimentos, medicinas, luz eléctrica? Porque eso revelaría el fruto real de la victoriosa guerra relámpago y no nos gustaría ver la cara de nuestras víctimas. Preferimos sólo ver las víctimas de Sadam, y enviarles mantas, latas de sardinas y discursos de Fernández Ordóñez.Los kurdos podrán recibir ahora las mantas y los alimentos que les regateaban los turcos, porque en todas partes es sabido que la ayuda enviada al Kurdistán iraquí desde la tolerada matanza con armas químicas era usureramente canalizada por el Ejército turco, capaz de desviar parte de esa asistencia a sus propios cuarteles. Lo que no recibirán los kurdos es el Estado que les prometieron en 1918, y su causa será una vez más instrumentalizada por las grandes y las pequeñas potencias. Por ejemplo, nuestra intervención más parece un ejercicio de reeducación lntervencionista del provinciano y aislacionista pueblo español que un acto de reparación de mozos de carga de los B-52.
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