Profesores de 16 universidades piden mayor protección para la Literatura Española

Los profesores de Literatura de 16 universidades hicieron ayer público en Almagro (Ciudad Real) un manifiesto en el que llaman la atención de la Administración ante la "debilidad en el aprecio y valoración de la enseñanza" de esa materia. Los profesores aseguran que, sin la literatura "la sociedad española quedaría inerme ante la deshumanización". Para evitarlo, los firmantes afirman que es preciso una mayor protección para la materia por parte del Gobierno.

En el documento, suscrito por 16 profesores de literatura española en representación de sus colegas de otras tantas universidades, se asegura que aunque ha sido "conjurado relativamente el peligro" de minusvalorar ña Filología Hispánica por parte del Consejo de Universidades se siguen observado síntomas preocupantes en la sociedad y en la Administración respecto a la materia. "No quisieramos que lo que, sin duda, es un tesoro de nuestra cultura de ningún modo quedará reducido a un adorno retórico o a una evasión esotérica", explica el manifiesto.El olvido de la literatura, junto a otras humanidades, llevaría consigo "la barbarie, por más técnica, economía o informática con que se nos encandile", dicen. "Sólo queremos alertar a los gobernantes y a la sociedad del riesgo que se corre en la implantación de nuevos modelos de sociedad, si se orilla la densidad humana que aporta, entre otras expresiones del hombre la tradición literaria", agrega.

Los firmantes denuncian las coordenadas de abuso del libre mercado y de la tecnología en las que se mueve la sociedad. Y creen conveniente que los poderes públicos fomenten las necesidades culturales. Esta actuación tendría, a juicio de los firmantes, rentabilidad política y económica, ya que la promoción de la literatura "incide de modo nada despreciable en la cotización de nuestro país en el murdo". Los profesores sugieren que se arbitren cuidadosamente los planes de estudio de Literatura Española, tanto en las enseñanzas medias como en la universitaria. "Cualquier veleidad, atropello, despiste o falta de cálculo que se produzcan en la planificación pueden acarrear daños muy graves e irreparables en el futuro", señalan.

Todo este análisis lleva a los profesores a sugerir una serie de propuestas, "Queremos que desde la Administración se exprese claramente la funcionalidad del título de licenciado en Filología Hispánica y su integracción en el mercado en el que ahora se encuentra soportando una competencia desleal", se dice en el documento. Esto se refiere, de acuerdo con el texto, tanto a la docencia en niveles no universitarios, como a los lectorados de español en las universidades extranjeras, "para los que se debe exigir el título de licenciado en Filología Hispánica".

Los firmantes también exigen que se clarifiquen las condiciones en que se va a estructurar la futura licenciatura en Humanidades. "Manifestamos nuestra preocupación por que se desvirtúen sus contenidos haciendo de esta licenciatura un comodín más perturbador aún, si cabe, de la realidad docente, plagada de intromisiones y amateurismo.

Los planes de estudio de la Universidad, destaca el manifiesto, han sido elaborados sin "la transparencia debida". Asimismo, piden participar en la elaboración de planes de enseñanzas medias.

Voz directa

Los profesores piden que el Ministerio de Educación y Ciencia, del que es titular Javier Solana, organice unas jornadas donde puedan dar su opinión al respecto. El texto de Almagro denuncia, asimismo, "profundas anomalías" por la integración en una sola área, la de Filología Española, de las especialidades de Lengua, Literatura Española y Literatura Hispanoamericana."Seguimos sin alcanzar a ver las razones que han llevado a discriminar a la Literatura Española frente a la Lengua en la atribución de créditos obligatorios para la obtención del título de licenclado en Filología Hispánica", dicen los firmantes. Los profesores expresan, finalmente, sus dudas sobre que el Instituto Cervantes corresponda a los fines para los que ha sido concebido, si en su dirección y actividades no se tiene en cuenta el protagonismo de catedráticos y profesores de literatura.