El Fondo Monetario prevé una fuerte expansión para 1992 tras la recuperación económica de este año
El Fondo Monetario Internacional anunciará la próxima semana en Washington el fin de la desaceleración económica tanto en los países industriales como en el conjunto de la economía mundial. El informe semestral de este organismo internacional prevé una fuerte recuperación de la tasa de crecimiento económico global para 1992, que llegará hasta el 3% de media desde el 1,4% estimado para este ejercicio. Según el FMI, la recuperación, aunque comenzará este año, no se notará hasta el próximo ejercicio por el impacto negativo que tanto la guerra del Golfo como la reconstrucción de los países del este europeo han tenido en la economía mundial.
La economía mundial crecerá sólo un 1,4% este año frente al 2,1% de 1990. La recuperación, que comenzará este ejercicio, llevará a un crecimiento económico global del 3% en 1992. Estas cifras resumen las proyecciones económicas del informe semestral del Fondo Monetario Internacional, que se presentará el día 24 en Washington.La recuperación, además, será más acentuada en los países en desarrollo que en los más industrializados. Según el FMI, los países en desarrollo lograrán el próximo año su tasa más alta de crecimiento económico desde 1988: un 3,3%. A cambio, el mundo desarrollado sólo crecerá, por término medio, un 2,8% en 1992, una tasa ligeramente superior al 2,6% logrado el año pasado.
La Comunidad Europea es el grupo de países, dentro del bloque industrial izado, con un crecimiento económico más estable, frente a la recesión (en 1990 y el inicio de 1991) y fuerte recuperación (en la segunda mitad de 1991 y en 1992) que experimentarán Estados Unidos, Canadá y, en menor medida, Reino Unido.
El informe del FMI considera que el crecimiento global de la economía mundial aún bajará este año no sólo por la debilidad de algunas economías industriales, sino también por la caída de la producción tanto en los países cercanos a la guerra del Golfo como en Europa del Este. El conflicto del Golfo Pérsico es el principal efecto negativo por las incertidumbres creadas por los altibajos del precio del petróleo, al inicio de la crisis, y por la duración e intensidad de la guerra, tras el estallido de ésta.
Triple impacto negativo
A estos problemas, añade el informe, se suman "las dificultades asociadas a los primeros pasos en la reestructuración de los países del este europeo, la reunificación alemana y las incertidumbres sobre cuál puede ser la orientación futura de la política monetaria en la URSS". Este triple impacto ha debilitado la economía mundial al tiempo que desaceleraba el ritmo de crecimiento de algunos países industriales.
Con todo, según el FMI, "la caída de los precios del petróleo y el final de la guerra del Golfo han colaborado a la recuperación de la confianza y a potenciar las perspectivas de un crecimiento más fuerte y estable". Además, a largo plazo, la unificación alemana y la reforma de Europa del Este y la URSS llevará a una clara mejora de las condiciones económicas de esos países, lo que repercutirá además favorablemente en los países vecinos".
Otro dato positivo que destaca el FMI para apoyar su tesis de recuperación económica global es que "la recesión en Estados Unidos está teniendo un reducido impacto en en el crecimiento económico del resto del mundo, sobre todo en comparación con -el efecto que tuvieron las de 1973-74 y 1981-82".
Los países en desarrollo también se sumarán a la recuperación del próximo año, según el análisis del FMI, gracias a las reformas estructurales que han emprendido en los últimos años. Estos países, señala el informe, se han adaptado al sistema de mercado y han abierto sus economías al comercio internacional. Estas reformas, además, se han complementado en muchos países con políticas monetarias y fiscales que han permitido reducir sus desequilibrios macroeconómicos. El resultado de esta actuación, que coincide con la línea de política económica propuesta por el Fondo, será una expansión del crecimiento económico.
Con todo, el FMI advierte que "la invasión de Kuwait, el inmediato aumento del precio del petróleo y el embargo económico a Irak han tenido efectos negativos en las posibilidades de muchos países en desarrollo". A lo largo de 1990, la subida del precio del crudo junto con la caída de los precios de las restantes materias primas ha deteriorado las condiciones comerciales (es decir, la relación real de intercambio) de los países importadores de petróleo y en vías de desarrollo.
Muchos países cercanos a la zona en conflicto, además, han sufrido interrupciones en sus relaciones comerciales, pérdidas de trabajadores y, destrucciones propias de la guerra.
El resultado de este conjunto de circunstancias es, según el informe del Fondo "un nubarrón de incertidumbre" aunque con expectativas de recuperación en 1992 gracias, principalmente, a las inversiones que se realicen para reconstruir Kuwait e Irak.
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