Joe Jackson, un músico "popular con mentalidad clásica"
El cantante y compositor británico publica su último disco y actuará en España en junio
Joe Jackson, a sus 36 años, es un músico con tanto prestigio como escaso éxito popular. Su obra abarca estilos como el pop, el rock y el jazz. También se ha acercado a sonoridades latinas, ha compuesto música para películas y coqueteado con el sinfonismo. Acaba de publicar su último disco, anuncia sus próximas actuaciones en España y defiende que es un compositor popular con mentalidad clásica.
Alto y enjuto, Joe Jackson se presenta con un saludo peculiar: "Da gusto estar en Europa. Se puede fumar. En Estados Unidos es imposible". El músico británico, nacido en Burton-On Trent el 11 de agosto de 1954 vive en Nueva York y se encuentra en Madrid para promociona su último disco Laughter and lust (Risa y lujuria), que hace el número 13 de una carrera que comenzó en 1979 y que abarca di versos estilos musicales.Su música no se ha visto acompañada por el éxito popular. Su canción más célebre Steppin'out (1982), apenas logró sobrepasar los 250.000 ejemplares vendidos en el Reino Unido, cantidad casi imposible para un músico como Jackson, que comenzó con el violín a los 11 años antes de pasarse al plano y estudiar durante tres años en la Royal Academy of Music.
"He tocado bastantes instrumentos en diferentes situaciones, y esta experiencia es tan útil como estudiar. También he escuchado mucha música, quizás demasiada. Ahora estoy harto", dice Joe Jackson que ve con agrado en que se le sitúe como un músico popular con mentalidad clásica. "Me gusta esta definición. La ventaja de tener experiencia en la teoría y la técnica es que sabes como seguir el camino y avanzar. El problema de la música popular es que muchas veces los músicos sólo saben hacer una cosa, y por accidente. Así, aguantan dos años y después se acabó la carrera".
La de Joe Jackson se ha visto marcada por el eclecticismo musical, por lo que en ocasiones ha sido acusado de estilísticamente no comprometido. "Soy un mestizo con muchos brazos, y fabrico música con muchos ingredientes. No es una idea consciente sino algo natural, y el problema es ser lo suficientemente objetivo para seleccionar". Y se remite a una frase de Duke Ellington: "Sólo hay dos clases de música: la buena y la mala".
Sus acercamientos a la música sinfónica -Willpower (1987)-, al cine -banda sonora de Tucker, de Coppola (1988)-, al jazz -Jumpin' jive (1981) y Body & Soul (1984)-, y a la música latina -Night and day, (1982)-, obligan a afirmar a Joe Jackson: "Mucha gente me acusa de ser demasiado complejo, de no componer la típica canción de tres minutos destinada al éxito, pero prefiero dedicarme a lo fundamental. Siempre he seguido a mi instinto y me gustaría pensar que tengo una oportunidad para hacer lo que me gusta. La música debe ser parte de la cultura, de la vida. Puede ser una inspiración para todos".
Jackson es particularmente crítico con la cultura juvenil actual, de la que afirma: "Se ha convertido en un negocio. En los años 50 y 60 tenía una inocencia, pero para subsistir la, gente ha tenido que pensar de manera artificial. Hay que eliminar este tipo de etiquetas".Y Joe Jackson contInúa refiriéndose a su manera de so',:)revivir ante el negocio -"Yo también lucho, pero otras vece,.s utilizo"-, a su último disco, Laughter and lust -"entro en la s.-gunda década de mi carrera, e i . ntento profundizar en la fusión de todas las raíces"-, antes de final¡zar anunciando sus recitales en España el próximo mes de junio y en teatros, para demostrar su pasión por el directo: "Cuando hay público siento que todo mi trabajo ha merecido la pena. Que existe. Que es real".
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