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Guerra y la plana mayor del PSOE abandonaron enfadados el Congreso sin escuchar a Aylwin

Anabel Díez

El vicesecretario general del PSOE, Alfonso Guerra; el secretario del área de educación y cultura de ese partido, Salvador Clotas, y el responsable de organización, Txiki Benegas, abandonaron ayer enfadados el hemiciclo antes de que el presidente chileno,Patricio Aylwin, empezara su intervención, al tener los dos primeros sus asientos habituales ocupados por los portavoces de Izquierda Unida del Congreso y del Senado, Ramón Espasa y Roc Fuentes, respectivamente, según les había designado el servicio de protocolo incluso con tarjeta nominal, en la fila, al igual que para el resto de los portavoces, que sigue al banco azul del Gobierno. Espasa rechazó los tres requerimientos que recibió para que dejara el lugar a Guerra, el último sugerido por Benegas, en virtud de que no estaba dispuesto a romper "la lógica protocolaria".

El hecho de que Guerra y Clotas vieran ocupados sus asientos fue considerado por el segundo corno una "falta de respeto hacia los diputados" y añadió que si se le hubiera avisado no habría habido incidente. Los hechos ocurrieron 10 minutos antes de que Aylwin llegara al palacio de la Carrera de San Jerónimo, donde le esperaban en el hemiciclo diputados y senadores.El servicio de protocolo había reservado, como es habitual, la fila que va después del banco azul del Gobierno, para los portavoces parlamentarios del Congreso y del Senado. Así, los asientos que habitualmente ocupan Guerra y Clotas correspondieron ayer a los portavoces de IU del Congreso y del Senado, Ramón Espasa y Roc Fuentes, respectivamente, según, figuraba en una tarjeta.

El primero en protestar al jefe de protocolo, Julián Oncina, fue Clotas, considerando la situación inadecuada dado que a él. no le habían comunicado que su asiento iba a estar ocupado. Éste intentó solucionar la situación apelando a "la buena voluntad" de Ramón Espasa, quien se negó para no romper "la lógica protocolaria".

Simultáneamente, Txiki Benegas se había dirigido al presidente del Congreso, Félix Pons, para señalarle que no veía correcto que los diputados no hubieran sido advertidos sobre el cambio de lugar, al tiempo que sugirió a Pons que pidiera a Espasa que dejara su asiento a Alfonso Guerra. A todo esto el vicesecretario general del PSOE permanecía de pie a la entrada del hemiciclo en un recodo.

Poris habló con el jefe de protocolo, pero éste le indicó que Espasa había rehusado levantarse, por lo que Pons dio por zanjado el asunto comunicando a Benegas que debía cumplirse el protocolo.

Una vez que por la vía de la presidencia no hubo nada quehacer, y cuando ya quedaban un par de minutos para que el presidente chileno hiciera acto de presencia, Ramón Espasa recibió dos visitas: primero, el secretario general adjunto del Grupo Socialista, Francisco Arnau, quien le pidió "amablemente", según Espasa, que dejara su asiento a Alfonso Guerra. Espasa volvió a argumentar que no pensaba romper la lógica protocolaria.

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Por último, fue Txiki Benegas quien le hizo el mismo requerimiento. Espasa comentó amistosamente a Benegas que debía decirle a Alfonso Guerra que al no dejarle el asiento le estaba "haciendo un favor", porque de lo contrario la situación sería de ridículo para el vicesecretario general. Así las cosas, Benegas, Guerra y Clotas abandonaron el hemiciclo.

Los servicios protocolarios de la Cámara insistieron después en que ésta no era una sesión plenaria del Congreso, en la que cada diputado tiene asignado un escaño determinado, sino que al ser una sesión conjunta Congreso-Senado sólo se reserva el segundo banco para los portavoces, mientras que el resto es ocupado por diputados y senadores, según llegan. Según el protocolo de las Cortes, los ex vicepresidentes de Gobierno, y los ex ministros no tienen lugar preeminente.

Guerra no dijo ni una sola palabra durante los incidentes, aunque sí lo hicieron Clotas y Benegas, que hablaron de "falta de respeto a los diputados".

Protesta oficial socialista

Por la tarde, Txiki Benegas hizo público un comunicado oficial en el que señala que es "inadmisible que los responsables del Congreso cambien la asignación de escaños a los diputados sin que previamente se les comunique a los interesados". El comunicado agrega que el Grupo Socialista pedirá "explicaciones a, la Mesa del Congreso", tras señalar que no es una cuestión de protocolo, sino de mantener "un principio mínimo de consideración y respeto hacia los parlamentarios". Según Benegas, ayer "ese respeto e incluso la más elemental cortesía han sido omitidos por los responsables de la institución parlamentaria".

El presidente del Congreso, Félix Pons, se negó anoche a comentar este comunicado del PSOE, aunque señaló que lo estudiará, "por supuesto". Mientras, Federico Trillo, diputado del PP y vicepresidente segundo de la Cámara declaró que el suceso supone una "ofensa" de los socialistas "al pueblo chileno", informa Europa Press.

Este hecho se produce sólo 24 horas después de que Guerra reuniese en el Congreso a todos los diputados y senadores socialistas para tratar de la estrategia electoral.

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Sobre la firma

Anabel Díez
Es informadora política y parlamentaria en EL PAÍS desde hace tres décadas, con un paso previo en Radio El País. Es premio Carandell y Josefina Carabias a la cronista parlamentaria que otorgan el Senado y el Congreso, respectivamente. Es presidenta de Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).

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