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Los precios hoteleros para los europeos son hasta siete veces inferiores a los oficiales, según el PSOE

ELIANNE ROSLos precios reales de los hoteles y otros alojamientos españoles son -para los clientes europeos que llegan a través de tour operadores hasta siete veces inferiores a los que figuran en las guías oficiales. En hoteles de una, dos o tres estrellas, en temporada alta, el empresario puede cobrar en muchos casos por la pensión completa sólo 1.400 pesetas de los operadores- turísticos. Estas revelaciones aparecen en un documento elaborado por los partidos socialistas de Cataluña y las Baleares que servirá como base para la elaboración de una alternativa del PSOE a la crisis del sector turístico, y que recomienda la eliminación de oferta obsoleta o de zonas saturadas.

Bajo el título Por una reorientación estratégica de la política de turismo, las federaciones socialistas catalana y balear realizan un diagnóstico de la situación que atraviesa el sector y proponen una lista de medidas correctoras, algunas de ellas drásticas. El documento se debatirá los próximos días 12 y 13 en Calvià (Mallorca), en las Jornadas Sectoriales de Turismo del PSOE.El documento señala que una de las principales causas de la crisis que atraviesa una parte de la oferta turística española -"en ningún caso inferior a la mitad"- es el deterioro de las relaciones comerciales. Un deterioro que se produce "hasta el punto de devaluarse notablemente el valor de los contratos entre intermediario de demanda/agencia receptiva / alojamiento". Los niveles más bajos que han alcanzado los precios que cobran realmente los hoteles son, para la baja y media temporada, 900 pesetas la pensión completa por día y persona y 450 pesetas por habitación y desayuno "en hoteles indistintamente de una, dos o tres estrellas". Para la temporada alta los precios se fijan en 1.400 y 750 pesetas respectivamente.

Los operadores turísticos extranjeros negocian con los hoteleros desde la posición ventajosa de saber que hay un exceso de oferta, con lo que bajan los precios. Además, el turista puede pagar cantidades superiores, pero los beneficios se los quedan los intermediarios.

"En realidad, hace años que los precios de buena parte de nuestra oferta de alojamiento no los fijan sus empresarios, sino los intermediarios", señala el documento. Este hecho desprestigia la oferta turística. Además, el precio del paquete comprado guarda gran desproporción con el nivel general de los precios, lo que motiva luego que los turistas apenas tengan acceso a consumir nada aparte del paquete adquirido en su país.

Es este análisis el que lleva a los socialistas a afirmar: "Estamos subvencionando indirectamente las vacaciones de ciudadanos procedentes de algunos países más ricos que el nuestro y, lo que es peor, a cambio obtenemos desprestigio". Y concluye que se trata evidentemente de un mal negocio".

El documento aboga por una mayor intervención del Estado, y propone una serie de líneas de actuación como la aplicación de un estricto control de calidad, la elaboración de una ley de defensa del turista como consumidor o la limitación de plazas turísticas en función del territorio.

El desbloqueo de la crisis estructural y de prestigio pasa por la aplicación de 11 líneas estratégicas, expuestas ampliamente en el texto. "Es muy probable, seguramente inevitable, que el proceso de reestructuración tenga como uno de sus efectos una reducción del parque de la oferta de alojamiento", señala el documento, en el que se añade que "pretender cuantificar el número de plazas sobrantes es como pretender empezar por el final". La adaptación de los recursos del territorio al número de plazas es otra de las medidas que propone el documento socialista estableciendo unas ratios de plazas en función de los recursos y de la población asentada que limiten el crecimiento.

Respecto al control de calidad de la oferta y el estímulo de esta calidad, se llevaría a cabo "replanteando los mecanismos útiles para garantizar estándares mínimos", y apostando por reglamentar cada subsector.

La "gran falacia" de las estadísticas

E. R. Uno de los puntos por los que aboga el documento presentado por los socialistas catalanes y baleares es la desmitificación de algunos totems en los que se ha basado hasta ahora la política turística, como las sistemas estadísticos, algunos de los cuales son calificados como una "gran falacia".

Así, se señalan como poco rigurosos los sistemas de recuento de extranjeros por las fronteras, los ingresos en divisas por turismo y los niveles de ocupación, que se tildan de "falacia". "No existen indicadores Fiables del nivel de ocupación ( ... ). Por no conocer, ni siquiera conocemos la magnitud real de la oferta de alojamiento", indica el documento. Sin embargo, añade que en caso de conocerse estos datos hay que tener en cuenta que "hoy por hoy el alto nivel de ocupación y crisis son perfectamente compatibles, al poder coexistir alta afluencia y baja o nula rentabilidad".

Además, fijar una relación entre "número de extranjeros entrados e ingresos en divisas por turismo por una parte, y salud del sector turístico por otra, es falaz". El documento relativiza los factores "exógenos o coyunturales" (como competencia de otras áreas, situación económica de los países emisores o clima benigno) y las deficiencias de infraestructuras y de servicios.

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