El interés de los obispos
Se comprende el interés que los obispos católicos tienen en el modo y forma en que su doctrina religiosa deba impartirse en los planes de enseñanza. No se comprende el denodado interés que muestran con lo que pueda suceder a los alumnos que no elijan asistir a tales enseñanzas. Los obispos quieren -lógico- que su. doctrina religiosa sea una asignatura fundamental, que sea disciplina curricular, que nadie resulte discriminado por la elección que haga. ¡Sea!¿A qué viene el desmedido empeño en obligar a los alumnos no católicos a estudiar una asignatura equivalente? ¿Qué es una asignatura equivalente a una doctrina religiosa? ¿Existe, por ventura, una materia del conocimiento que sea equivalente a la fe en una doctrina religiosa? Los -Alumnos que escojan el estudio de la doctrina católica tendrán sus buenas razones para realizar su elección y no debiera importarles lo que a los demás pudiere acintecerles. ¿No es una elección libre y voluntaria? Por quéa los obispos les preocupa tanto?
Las consecuencias de una elección libre y voluntaria sólo deben afectar al que la realiza y, nunca a terceras personas. condicionar la vida de una persería a la elección que para sí otra hace es ejercer una coacción tan grande como privarle de su libertad. lo que constituye un atropello no permiti Constitución.
Si los obispos piensan que los alumnos católicos van a renegar de su fe porque tengan la libertad de hacerlo, demuestran poca confianza en la integridad de su feligresía. y si piensan que coaccionando a todos los alumnos alguno caera dentro de su redil, demuestran muy poca honestidad en su manera de proceder. (Lo dicho es igualmente aplicable al asunto del impuesto religioso, que los obispos gustan llamar dotación presupuestaria). Si piensan que los ciudadanos católicos se abstendrán de contribuir a las necesidades de su Iglesia (lo que, además, es pecado), valoran muy poco su dignidad, y si piensan que por obligar a todos los ciudadanos a pagar alguno les destine su aportación, demuestran una ambición y un egoísmo sin límite).
Por desgracia, todos los españoles, católicos o no, que conocemos muy bien a los obispos, sabemos que la moralidad de la conducta episcopal permite cual quíer componenda que les traiga beneficio (ad inaioreni Dei gloriani), por supuesto. No hace falta, pues, recurrir al pasado de la Iglesia católica (que tanto deploran los obispos recordar) para concluir que la libertad individual de la ciudadanía no es grata a los obispos católicos (ni a los adalides de cualquier otra religión). La historia de cualquier religión de las que en el mundo han sido siempre fue la crónica de una opresión.
El ciudadano que libre y voluntariamente decida encauzar su vida alejado de cualquier fe o práctica religios,a no debe ser perturbado, discriminado o castigado por haber llevado a efecto su elección, y bajo ningún concepto deberán buscársele obligaciones o deberes equivalentes a las que los ciudadanos adscritos a cualquier religión, libre -y voluntarlamente, sobre sí echan.
Tome, por tanto, buena nota de ello el actual Gobierno socialista y evite cometer el desatino de colaborar en la opresión de la ciudadanía conculcando con sus actos los derechos reconocidos en nuestra vigente Constitución, que con su palabra han prometido defender. - Juan Carlos Olías de Lima Fernández.
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