González afirma que no esperaba la inculpación de dos delegados del Gobierno en Andalucia

El presidente del Gobierno reconoció ayer en público que le ha sorprendido la creencia del juez Angel Márquez de que los ex delegados del Gobierno en Andalucía Leocadio Marín y Tomás Azorín han podido cometer sendos delitos de prevaricación y malversación de fondos públicos por el uso que Juan Guerra hizo de un despacho oficial. Felipe González resaltó que "no esperaba" esta iniciativa judicial mientras que "esperaba que ocurriera" la exculpación de Alfonso Guerra. El jefe del Ejecutivo anunció que España enviará soldados a Angola para actuar como cascos azules de la ONU.

González replicó, en un tono pretendidamente de humor pero que mostraba también un punto de enojo, a la polémica sobre su ausencia de la reunión del Consejo de Ministros celebrada en Semana Santa y que, en sustitución suya, presidió Narcís Serra. "Permítanme que responda quitando trascendencia a lo que me parece que no la tiene. Imagínense que el descanso tiene un carácter terapéutico: entonces habríamos restituido la legalidad. Y en eso se basa". [La Constitución establece que uno de los motivos por los que el presidente del Gobierno puede ser sustituido por un presidente en funciones es que se encuentre enfermo].Amparado en que no suele hacer declaraciones sobre decisiones judiciales, señaló que no quería comentar el auto del juez Ángel Márquez, si bien agregó a continuación: "Parte de lo que ha ocurrido esperaba que ocurriera así y parte de lo que ha ocurrido no esperaba que ocurriera". Posteriormente, a preguntas de los periodistas, precisó que "esperaba" la exculpación de Alfonso Guerra, con lo que indicaba que le había sorprendido la consideracion judicial de que los ex delegados del Gobierno en Andalucía Leocadio Marín y Tomás Azorín han podido incurrir en prevaricación y malversación de fondos públicos.

González, que compareció a la puerta del edificio donde se reúne el Consejo de Ministros, aprovechó la inestabilidad meteorológica y el viento para imponer brevedad a la conferencia que ofreció con el presidente de Angola, Jose Eduardo dos Santos. Se limitó a señalar que el Consejo había indultado al ginecólogo Germán Sáenz de Santamaría por considerarlo conveniente "en este caso específico ( ... )".

González confirmó que había mostrado su "disponibilidad" para ampliar la presencia militar española, en el marco de la ONU, en Angola para fiscalizar el alto el fuego que el MPLA, en el poder, y la guerrilla de la UNITA concluirán al término de las negociaciones de paz que llevan a cabo en Estoril (Portugal). El presidente español confía en viajar al país africano "en los próximos meses", es decir cuando haya paz y esté formado un Gobierno de unión nacional encargado de organizar las primeras elecciones libres. Ese desplazamiento presidencial a África incluirá, probablemente, escalas en Guinea Ecuatorial y Mozambique.

Con vistas a la integración de la guerrilla en la policía y las fuerzas armadas Dos Santos pidió a su anfitrión ayuda española para la reorganización de ese cuerpo de seguridad y de la marina de guerra mientras en la siguiente etapa de su viaje, París, solicitará apoyo para la reconstrucción de la aviación. Con Portugal cuenta para reestructurar el Ejército. Pero ninguno de estos países desea comprometerse antes de que se aclare el porvenir de Angola.

España firmó, sin embargo, recientemente un convenio por valor de 5.000 millones de pesetas para la construcción por la empresa Astilleros Ibéricos de cuatro guardacostas pat-a la marina angoleña.

Dos Santos, que hoy viajará a Sevilla, se declaró en Moncloa satisfecho de la conversación con González y, en concreto, de la perspectiva de un incremento de los negocios entre empresarios de ambos países.