Ramos de romero para Curro

Torrealta / Romero, Espartaco, Pareja

Tres toros de Torrealta y 3% 5º y 6º de Paloma Eulate, bien presentados, con exceso de kilos, nobles, excepto 5º -menos noble- y 6º, encastado y difícil. Curro Romero: dos pinchazos (bronca); media estocada caída (vuelta). Espartaco: estocada caída (petición y vuelta); estocada tendida (ovación). Martin Pareja Obregon, que tomó la alternativa: pinchazo y estocada (ovación y saludos); seis pinchazos (palmas). Plaza de la Maestranza, 31 de Marzo. Inauguración de la temporada. Lleno de "no hay billetes".

Ir a la plaza con romero para tirárselo a Curro a estas alturas, significa que el currismo militante mantiene viva la fe en su ídolo. Y hubo ocasión de que el romero lo paseara su homónimo en triunfal vuelta al ruedo. Fue en el cuarto de la tarde. Salió Curro a pararlo con decisión. En su primero, confió tal menester a Guillermo de Alba. ¿Qué le vería Curro al cuarto que no le viera al segundo? Desde luego, los aficionados, de salida no advertimos diferencia alguna. Se estiró en ocho lances a la verónica, de los que cuatro fueron de cartel. ¡Es otra cosa, es otra cosa!, gritaba desaforadamente el currista de detrás, que lucía el romero en la cinta del sombrero. Y es verdad que era otra cosa. La faena fue corta, como deben ser las faenas buenas. Tres tandas de redondos, con la muleta muy planchada y la figura enhiesta. Cuando le bajó la mano la plaza hervía. Un trincherazo y dos de pecho para rematar las series. Al segundo, noble, no quiso ni verlo, y el público se enfadó con él. Los del romero debieron pasar las negras. Ya tiene Curro aseguradas las corridas de la Expo 92.

Espartaco acudió a la cita con la Maestranza con su proverbial profesionalidad. Pero debería imprimir mayor variedad y repertorio a su quehacer. El toreo es algo más que redondos y naturales, aunque estos sean templados y en ocasiones ajustados.

Martín Pareja Obregón anduvo muy valiente en el sexto, un toro encastado y manso. Hubo emoción, pues había peligro y no pudo haber lucimiento. El de la alternativa llego muy apagado a la muleta. Lo toreó con muletazos de corta trayectoria con temple y buenas hechuras.

Se guardó un minuto de silencio en memoria de las nietas de Álvaro Domecq, víctimas de un reciente accidente de automóvil, y de Rafael Ríos Mozo, aficionado de pro, escritor taurino, pepeluisista hasta en la tarjeta de visita, que durante más de medio siglo hizo patente su bonhomía en los tendidos de La Maestranza.