Ana-Milena Muñoz de Gaviria
Una nueva idea de América como reto del 92
Ana Milena Muñoz de Gaviria, de 35 años, primera dama de Colombia y madre de dos hijos, tiene el aspecto de una mujer frágil, pero tras el primer intercambio de frases su fragilidad es sólo una apariencia. Ha asumido desde hace un año responsabilidades para superar la parálisis, cuando no la ineficacia, del Instituto del Bienestar Familiar.No le ha afectado el protocolo -"yo me amoldo a todo"-, y su campechanía con el interlocutor la muestra con respuestas directas, sin vacilación.
Como presidenta de la Comisión Colombiana del V Centenario ha visitado España -donde se entrevistó con la reina Sofía y con el ministro de Exteriores, Fernández Ordóñez- y recorrió las instalaciones sevillanas de la Expo.
Para Ana Milena Muñoz, la celebración del V Centenario es por encima de todo "un momento y un mecanismo para integrarnos en torno a una idea que puede ser la de la nueva América". Y es meridianamente clara con respecto a lo que supone para ciertas comunidades americanas la celebración del 92. "Yo tengo una posición clara con respecto al descubrimiento de América", dice. "Es un hecho histórico, y así lo acepto. Yo no peleo con la historia, porque es la que tenemos, y debemos tratar de aprovechar esa historia. Jamás me meto en discusiones, aunque a veces han intentado que lo hiciera".
Su gesto amable cuando ha bla, sonriente casi siempre, tiene un rictus de disgusto cuando se le menciona la utilización política que en algunas partes, Colombia incluida, se hace del indigenismo. No es grato habla de ello para quien ama y cono ce, "sólo como aficionada", la cultura precolombina de su país y la de Centroamérica y que guarda un especial cariño por la legendaria y misteriosa Tihuanaco, en Bolivia.
Su interés y esfuerzo está ahora en dar contenido a programas de ayuda social a los jóvenes y atender a los niños . "Trato de promover ideas nuevas y conseguir los recursos para llevarlas a cabo". Desde su llegada a la Institución del Bienestar Familiar, su objetivo ha sido aunar los planes y recursos desperdigados entre organismos públicos y empresas privadas, para lograr planes de ayuda global. Tal vez su primer susto fue descubrir que había niños viviendo en alcantarillas, e intentó remediarlo en un tiempo récord. Pero la niña de sus ojos es la Orquesta Sinfónica Juvenil, recientemente puesta en marcha, en la que trata de integrar a jóvenes marginados. "He pensado", dice, "que la música sinfónica no es un mal método para que estos muchachos marginados tengan un desarrollo posterior integral". De igual modo, pretende ampliar el número de becas a muchachos de zonas marginales.
La situación de la mujer colombiana, no podía ser de otro modo, merece una especial atención para la primera dama de Colombia. En este país se repiten fenómenos de marginación, abandono y malos tratos a los mujeres, "pero mi bandera no es el feminismo o la discriminación, porque no creo en ello, sino buscar la forma de ayudar a las mujeres, que son en muchos casos los jefes del hogar, con hijos a su cargo, e integrarlas en el trabajo. Luego hay otro tema, como es la asistencia social y jurídica. Y en todo esto estamos trabajando".
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