Hacienda inicia un sondeo para la reforma de la estimación objetiva

La Inspección de Hacienda ha iniciado un sondeo entre empresarios individuales de cuatro sectores -farmacias, bares, cafeterías y restaurantes, taxis y comercio minorista de alimentación-, con el objeto de que sirva de base para la reforma de la estimación objetiva en el impuesto sobre la renta. Los subinspectores visitarán las empresas y se guiarán por dos cuestionarios, uno general y otro que incluye aspectos singulares de cada actividad.

A través de los dos cuestionarios, Hacienda obtendrá datos para fijar los nuevos módulos que determinarán los beneficios, y además, se aprovechará para detectar posibles fraudes, especialmente en el IVA. En el cuestionario general se incluyen varios cuadros que deben ser rellenados por el subinspector sobre la base de los datos proporcionados por los empresarios. La información obtenida por los dos cuestionarios se pulirá para obtener cuatro o cinco módulos por los que se guiará el impuesto sobre la renta a pagar por los empresarios de cada sector.Esta fórmula sustituirá al criterio utilizado en la actualidad para el sistema de estimación directa y que consiste en calcular el beneficio únicamente por la diferencia entre ingresos y gastos. A partir de ahora, se utilizarán otros baremos como la potencia instalada, la superficie del negocio o el número de empleados.

El contenido de la encuesta rebasa, sin embargo, el objetivo de calibrar el volumen de actividad para establecer el impuesto, y persigue tener una radiografía empresarial completa con el fin, también perseguido por la reforma de la estimación objetiva, de erradicar el fraude entre los empresarios, especialmente los pequeños y medianos que son los que, según Hacienda, mayor escapatoria tienen al fisco. Ésta es, precisamente, una de las bazas que va a jugar por Hacienda a la hora de aumentar la recaudación y sufragar así, a medio plazo, el coste de la reforma fiscal en su conjunto, que ha sido valorado en unos 450.000 millones de pesetas.

En la ficha general se persigue identificar al empresario con la obtención de sus datos personales, actividad, superficie del negocio, valor catastral del inmueble donde está instalado el negocio, alquiler anual que se paga en caso de que esté en régimen de arrendamiento, elementos de transporte utilizado, etcétera.

También se intenta obtener un cuadro preciso del patrimonio personal del empresario con preguntas como el número de las cuentas corrientes de las que es titular, su saldo medio anual, el uso que se le da a esa cuenta, los bienes de naturaleza urbana o rústica que posee, sus acciones, obligaciones y deudas que tiene y si desempeña alguna otra actividad empresarial.

Se preguntan además los datos relativos al personal que trabaja en la empresa, es decir, su número, categorías, sueldos, cotizaciones a la Seguridad Social, familiares empleados y sobre la evolución del negocio. En este último aspecto se pregunta el volumen de operaciones, compras, ventas y diferentes ratios sobre los beneficios y todo ello con una doble columna: volumen declarado y comprobado en relación a los impuestos sobre la renta y el impuesto sobre el valor añadido. El muestreo es aleatorio y depende del número de establecimientos. En el primer sector rastreado por Hacienda, es decir, las farmacias, se han seleccionado 450 establecimientos sobre un total de 18.000.