Vera admite que conversaciones de mandos policiales fueron escuchadas por ETA
El secretario de Estado para la Seguridad, Rafael Vera, reconoció ayer en el Congreso estar preocupado por el hecho de que conversaciones telefónicas mantenidas entre mandos de los Cuerpos y Fuerzas de la Seguridad del Estado en el País Vasco especialmente y, entre el País Vasco y Madrid, hayan sido escuchadas por miembros o colaboradores de ETA.Vera admitió que se han producido varios casos en distintos momentos, descubiertos tras la detención de etarras, y que también facilitaban a la banda terrorista los números de teléfono intervenidos por orden judicial. Las personas que realizaban esas escuchas para ETA trabajaban en empresas relacionadas con la compañía telefónica.
Indicó también que tras la captura del narcotraficante Sito Miñanco, se detuvo también a otra persona que le comunicaba los teléfonos que tenía intervenidos y se está, tras la pista de un caso similar.
Ese hecho ha motivado que se esté mejorando la impermeabilización del sistema de transmisiones de la policía, aunque debido al elevado coste de esa tecnología, no podrá ser aplicada a todos los servicios policiales, pero sí a aquellas unidades especiales que trabajan en temas contraterroristas y de tráfico de drogas.
Francisco Álvarez Cascos, del Grupo Popular, afirmó que el problema de las escuchas se está extendiendo peligrosamente y señaló que no sólo los terroristas y narcotraficantes tienen interés en las escuchas, puesto que Vera en una circular había afirmado: "Las conversaciones telefónicas son fáciles de interceptar y constituyen una fuente particularmente valiosa de información de inteligencia".
Tras pedir medidas para luchar contra este problema, agregó que la pasividad, inhibición e impotencia de Interior para atajar las escuchas generan sospechas de complicidad.
Vera criticó la demagogia en esta materia y dijo que el nivel tecnológico de la policía española es igual al de otros países comunitarios y EE UU.
Previamente, el ministro del Interior, José Luis Corcuera, negó que las fuerzas de seguridad del Estado hubieran perseguido a inmigrantes árabes con motivo del conflicto del Golfo, y añadió que algunos ejemplos que se han podido producir a nivel internacional no se han dado en España. Señaló que únicamente se habían adoptado medidas de seguridad para prevenir repercusiones en el orden público.
Corcuera afirmó también que no hay ningún dato que avale que España pueda convertirse en un centro de distribución de droga, resaltó los éxitos policiales y destacó la importancia de la cooperación internacional en esa materia.
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