Ni un metro de carril en la década de la 'bici'
En Madrid hay 2.500 personas que utilizan diariamente el vehículo de dos ruedas
Con el automóvil privado definitivamente catalogado por los urbanistas como "importante destructor del medio ambiente y la calidad de vida en el corazón de las ciudades", los años noventa presentan una tendencia a convertirse en la década de la bicicleta dentro del mundo urbano desarrollado."Por desgracia, Madrid se cuenta entre las ciudades más atrasadas ciclísticamente en la CE", afirma Alfonso Sanz, presidente de la asociación Pedalibre y asesor de varios proyectos municipales y autonómicos que nunca llegan a materializarse. "Hasta 1961 los ciclistas, sin embargo, no eran infrecuentes en nuestra ciudad", explica. A partir de este momento, "la creciente motorización trajo consigo la decadencia del pedal". Desde entonces, la bicicleta ha venido siendo "contemplada por el madrileño medio o como una forma de desplazarse tercermundista o como una forma de pasear en momentos de ocio".
Menos aparcamientos
En Madrid, las políticas municipales, estatales y autonómicas vienen fomentando el uso del vehículo privado de una manera prioritaria, "mediante la ejecución de obras costosísimas de infraestructura viaria que únicamente consiguen llevar cada vez a un mayor número de coches a embotellarse en el corazón de la gran ciudad". Los ecologistas siempre se han opuesto a la política de aparcamientos, en contraposición al planteamiento de restringir el tráfico de vehículos privados en la zona centro.
Para Ramón Fernández Durán, ingeniero de Caminos, experto en temas de transporte urbano, "Madrid necesita de modo cada vez más urgente el aumento de aceras para peatones, restitución de bulevares, pero especialmente la creación de una red suficiente de carriles-bici que facilite el uso de estos vehículos a través del diseño urbano. En su opinión, falta también por solucionar la utilización conjunta de bici-transporte colectivo y accesos y aparcamiento de bicicletas en estaciones de metro y ferrocarril.
Según un estudio efectuado en 1986 por Coplaco, "en torno a 500.000 propietarios de vehículos privados podrían potencialmente ser trasvasados a la bicicleta". Se calcula que con lo que costó el paso subterráneo de Cristo Rey se podrían poner en práctica hasta 275 kilómetros de carriles-bici por la capital.
Mientras el uso de la bicicleta sigue sin llegar en Madrid, en los despachos de la Concejalía de Circulación y Transportes continúa durmiendo el proyecto para estudiar la potenciación del uso peatonal y ciclista en la ciudad.
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