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Mijaíl Gorbachov se separa cada vez más de los reformistas de la Unión Soviética

Pilar Bonet

El presidente soviético, Mijaíl Gorbachov, ha iniciado una campaña electoral, que debe culminar el 17 de marzo con el referéndum sobre el futuro de la URSS, en un tono conservador que hace más profunda la ruptura con los sectores reformistas del país.

Dos discursos pronunciados por el presidente el 26 de febrero en Minsk (la capital de Bielorrusia) confirman que Gorbachov está dispuesto a apoyarse en los sectores tradicionales -el partido comunista y los defensores de la ley y el orden del sistema- para llevar adelante un proyecto político que él sigue defendiendo como una transición a la economía de mercado.La alocución en la Academia de Ciencias de Bielorrusia fue retransmitida el martes por la televisión, que, como en el pasado, cuando Gorbachov viajaba frecuentemente por el país alteró sus programas para dedicar varias horas al presidente soviético. La alocución ante los obreros de la fábrica de tractores de Minsk fue televisada ayer por la tarde en un programa especial.

Gorbachov atribuyó las dificultades y desgracias de la reforma en el último año y medio al "encarnizamiento de la lucha política por el poder". Olvidando los tiempos en que equilibraba sus dosis críticas a conservadores y reformistas, el líder lanzó una andanada contra estos últimos y les acusó de querer tomar el poder por la fuerza y de llevar el país a la guerra civil.

Borís Yeltsin, el presidente de la Federación Rusa, fue la figura que se perfilaba tras las palabras de Gorbachov en Minsk. Antes de que éstas se divulgaran, un funcionario próximo a Gorbachov comentaba en privado su satisfacción por haber logrado "contener" al presidente y evitar que respondiera personalmente al desafío lanzado por Yeltsin al pedir su cese. Por lo visto, Gorbachov desoyó otra vez el consejo de sus asesores y no pudo evitar atacar a Yeltsin, cuya fama se basa en su condición de perseguido.

Gorbachov acusó a Yeltsin de pedir el cese del presidente de la URSS para mejorar su propia popularidad. El líder de Rusia y Gavrill Popov, el alcalde de Moscú, que se autodenominan demócratas y "de izquierdas", pertenecen a una "típica oposición de derechas", afirmó. Los sectores que representan emplean tácticas "neobolcheviques", han llevado su oposición a. la calle y organizan acciones de desobediencia civil, manifestó el presidente.

Rumbo capitalista

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El comportamiento de la oposición, dijo Gorbachov, "torpedea nuestra reforma y no nos permite estabilizar la economía". "Si se hunde la economía y se desintegran las relaciones económicas, entonces se necesitarán medidas severas, puede surgir una dictadura y habrá que dirigir el país con métodos dictatoriales", afirmó.Gorbachov acusó a los sectores demócratas de haber emprendido un rumbo político de corte capitalista y haberse aliado con nacionalistas y separatistas en contra de la reforma socialista y la unidad del Estado. "Los demócratas y los separatistas tienen un solo fin: la desintegración de la URSS. Por esto, los deriócratas perdonan a los separatistas la propaganda de ideas fascistas, les perdonan el terror moral e incluso armado. Los demócratas, abiertamente, iniciaron un rumbo antisoclalista", señaló. "Hasta que no se acabe esta lucha política, la crisis se profundizará, amenazando con terminar en guerra civil y producir un retroceso de varias décadas en el país". El "orden" y "el restablecimiento de la legalidad" son, según Gorbachov, las "condiciones previas para la reforma y el paso al mercado".

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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