El organismo árabe de Derechos Humanos teme la posguerra

La Organización Árabe de Derechos Humanos (OADH) teme que las libertades civiles, los derechos humanos y la democracia se conviertan en víctimas de la guerra del Golfo en todo el mundo árabe. Así lo ha manifestado a EL PAÍS el presidente de dicho organismo, el único de estas características en esa región, Mohamed Fayek. "La OADH pide un alto el fuego inmediato y el cese del derramamiento de sangre", urgía la organización en uno se sus últimos comunicados."Las hostilidades terminarán por suprimir los derechos nacionales legítimos de los pueblos árabes y por arriesgar la independencia y estabilidad de esos países", advertía el mismo texto. El grupo expresaba así su preocupación por los comportamientos antidemocráticos que se amparan en la actual crisis.

"Llegamos a la conclusión de que el principal problema en esta parte del inundo era la falta de respeto a los derechos humanos, ante el cual la gente es indiferente por la situación política de opresión", explica Fayek, presidente y fundador de la OADH. "Todo tiene que empezar por ahí", subraya. Los comienzos, en 1983, no fueron fáciles. De hecho, la asamblea de constitución tuvo que celebrarse en Chipre, fuera de su ámbito de acción.

Ahora, tras la peripecia de encontrar un lugar para sus reuniones bianuales a la luz de los vientos políticos de cada momento, han establecido la sede en El Cairo, cuyo Gobierno, aunque no entusiasmado, les deja hacer.

"Hemos llegado a un acuerdo de caballeros con los ministerios de Asuntos Exteriores y de Interior", explica Fayek, él mismo ex ministro de Información de Egipto. Incluso el titular de Interior, general Abdelhalim Musa, ha prometido que va a retirar su objeción para el registro de la rama egipcia del grupo humanitario.

"La OADH es la única organización de derechos humanos presente en todos los países del mundo árabe", explica su presidente, aunque reconoce que el trabajo no es igual en Egipto, donde cuentan con una oficina abierta, que en Arabia Saudí, donde recabar información de este tipo puede constituir un atentado a la seguridad del Estado. Para sortear estas dificultades, disponen de despachos en Londres, París, Viena y Ginebra, por donde, asegura Fayek, pasan muchos árabes para relatar lo que sucede en sus países.

Problemas árabes

"Los principales problemas en el mundo árabe son los mismos que en el Tercer Mundo: ausencia de un sistema multipartidista, carencia de medios democráticos para la transferencia del poder, y el concepto de derechos humanos en sí mismo", explica el responsable. La mayoría de estos Gobiernos consideran que se trata de un asunto retórico, "del que hablan en la ONU pero no lo aplican en casa". Fayek atribuye esa ausencia de concienciación a la debilidad de la "sociedad civil" en los países árabes. Al plantearle la pregunta de si esa falta de interés por los derechos humanos es fruto de diferentes valores culturales, el presidente de la OADH niega con rotundidad, e insiste en que aquéllos tienen un valor universal.Las pretensiones en otro sentido de los rigoristas islámicos son rebatidas por este luchador de las causas humanitarias. "La Declaración Universal de los Derechos Humanos fue adoptada por todas las naciones, tanto occidentales como orientales, tanto musulmanas como cristianas. Las especificaciones regionales deben atenerse a ese marco",

En Egipto, la rama, local de la asociación ya ha denunciado diversos atentados contra la libertad de expresión relacionados con la guerra del Golfo. "Las autoridades están aplicando medidas contra. el derecho a expresar su opinión sólo a los manifestantes contra la guerra", denuncia.