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Soldados albaneses disparan al aire ante una manifestación

Varios soldados abrieron fuego ayer sobre las cabezas de una multitud en Tirana, mientras que miles de manifestantes anticomunistas ocupaban la capital albanesa destruyendo los símbolos del último dictador del país, Enver Hoxha, cuya estatua fue derribada el miércoles.En la plaza Skanderbeg -en la que una enorme estatua de bronce de Hoxha se erigió hasta esta semana- los manifestantes atacaron edificios gubernamentales y arrancaron los eslóganes que proclamaban desde ellos "gloria al Partido del Trabajo de Albania [el partido comunista]" .

Más tarde, saquearon la librería Flora -un monumento nacional porque Hoxha trabajó allí, cuando era un estanco, durante la ocupación fascista en la II Guerra Mundial-. Enormes piras de libros de Hoxha fueron quemadas, con páginas lloviendo desde los tejados como confeti. Los manifestantes gritaban: "criminal" y "asesino".

Mientras caía la noche miles de personas volvieron a la plaza Skanderbeg, en el centro de la ciudad, bajando el bulevar de los Mártires Nacionales hacia el cordón de policía que protegía el ultramoderno Museo Enver Hoxha, completado en 1988, tres años después de la muerte de Hoxha. Los intentos por la mañana de asaltar este enorme. museo y los edificios del comité central del Partido Comunista fallaron, mientras que un denso cordón de tanques y fuerzas paramilitares selló la zona. Fue entonces cuando fueron lanzados al aire disparos intimidatorios. Pero las multitudes continuaron arremolinándose por la ciudad durante todo el día.

Contra la viuda

Los manifestantes pedían que Nexhijme Hoxha, la viuda del líder estalinista, fuera sentada en el banquillo acusada de cometer crímenes contra el pueblo.Las llamadas a la calma de Bashkim Fala, del opositor Partido Democrático, y de representantes de los sindicatos mineros independientes, no fueron escuchadas, coreándose como respuesta las palabras "traidores" y "moved los tanques". Informaciones sobre disparos de metralleta ayudaron a difundir rumores de que el presidente y líder del Partido Comunista, Ramiz Alia, había sido asesinado.

Los grupos estuvieron de fiesta hasta muy tarde el miércoles por la noche, cantando y tocando los tambores, después del derribo de la estatua de Hoxha y de que las autoridades cedieran a las demandas de que su nombre se suprimiese de la Universidad Enver Hoxha de Tirana.

Ramiz Alia dijo el miércoles por la noche que había tomado control directo del Gobierno. Ayer hubo informaciones sin confirmar acerca de que el primer ministro, Adil Carcani, había sido forzado a dimitir. Los líderes opositores desmintieron que Alia les hubiera ofrecido un puesto en el Gobierno en vistas a las elecciones multipartidistas previstas para el 31 de marzo.

Registrado The Independent / EL pA ÏS

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