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Italia asiste a un debate intenso pero limitado a las opiniones de filósofos

Carmen Llera dice que Moravia "no habría soportado físicamente" el estallido bélico

Juan Arias

El debate en Italia sobre la respuesta de los intelectuales y el mundo de la cultura ante la guerra en Oriente Próximo ha sido muy intenso, pero se ha limitado a algunos filósofos, como Norberto Robbio y Gianni Vatimo, y, sobre todo, a politólogos o comentaristas políticos. El resto de personalidades culturales, desde los escritores más prestigiosos a los artistas o directores de cine, prácticamente ha enmudecido.

"La mayor parte del mundo de la cultura se dió cuenta enseguida de que se trataba de una guerra inevitable y no querían tocar el asunto tan escabroso", ha dicho a EL PAÍS, Paolo Flores D'Arcais, director de Micromega, la revista político-filosófica de mayor envergadura cultural del país.Subrayando que muchos se sintieron sorprendidos cuando rompió el fuego el padre de la filosofía de este país, Norberto Bobbio, que es además una de las conciencias críticas más agudas, afirmando que el conflicto del Golfo era una "guerra justa".

Según el director de Micromega eso es no conocer a Bobbio, quien ya en 1979 había publicado El problema de la guerra y los caminos de la paz, una obra reeditada en 1985, en la que ya proponía todas las ideas de hoy.

Sin embargo, por vez primera, los discípulos de Bobbio se revolvieron contra él, y el maestro volvió a proponer su tesis, aunque dejando constancia del "tormento interior" que le causaba el tema.

Ningún intelectual ha defendido la guerra como tal. El filósofo Gianni Vatimo, en sus habituales colaboraciones periodísticas, ha seguido una trayectoria de: "conflicto intelectual" entre los argumentos sobre la justicia y la moral de la guerra. Sus; opiniones se han expresado en artículos muy matizados, aunque en el último se inclina más por las tesis defendidas por Estados Unidos.

Donde se diferenciaban los politólogos como Mario Pirani, Alberto Cavallari, Alberto Ronchey, Lucio Coletti, Giampaolo Pansa, Vittorio Foa, Antonio Giolitti y otros, era si en este caso existían o no otros instrumentos capaces de convencer a Sadam a restablecer el derecho internacional violado fuera de un conflicto armado.

Por lo que se refiere a los escritores, Enzo Siciliano, el gran amigo del difunto Alberto Moravia, ha dicho a este corresponsal que han "preferido el silencio" porque se trataba de una guerra muy compleja", de la que "intuían su necesidad, pero que al mismo tiempo era muy difícil de digerir", y que así han preferido "seguir la suerte de la gente común", que en el fondo "la sufre sin entenderla a fondo". Por su parte, Enzo Golino, escritor y vicedirector del semanal L'Espresso, ha justificado también el "silencio" de la mayor parte de los novelistas, artistas y directores de cine, porque dice: "Esta es una guerra desconcertadora, difícil de entender". Y ha añadido: "Y además, si queremos ser sinceros en este momento en Italia, tras la desaparición de personajes como Sciascia, Calvino o Moravia, faltan personajes de una auténtica estatura ética y moral, capaces de hablar a la conciencia del país".

Carmen Llera, viuda de Alberto Moravia, el escritor que había vivido obsesionado por el terror atómico y que había elaborado el concepto de la guerra "como tabú", como única posibilidad de hacerla inutilizable por la conciencia universal, ha declarado que Moravia "no habría soportado físicamente esta guerra". "Me decía siempre que antes de vivir otra guerra prefería mil veces morirse antes"

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