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La CE negociará con los países árabes e Israel un plan de seguridad para después de la crisis

La iniciativa soviética "es más un llamamiento dramático para el cumplimiento de as resoluciones de la ONU que una propuesta de paz", decidieron ayer los ministros de Asuntos Exteriores de la CE reunidos en Luxemburgo para evitar pronunciarse sobre el fin de la guerra. Superado ese factor de división, los Doce acordaron iniciar negociaciones con los países árabes e Israel para diseñar un plan de cooperación y seguridad en la región para el día después de la guerra.

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La troika comunitaria, integrada por los ministros de Asuntos Exteriores de Luxemburgo, Italia y Holanda, y el comisario Abel Matutes, recibirá el próximo día 25 en Luxemburgo a los ministros de Israel y Jordania por separado. Los miembros de la troika viajarán el próximo día 28 a El Cairo, donde se reunirán con los titulares de Exteriores de los ocho países árabes que participan en la coalición contra Irak (los miembros del Consejo de Cooperación del Golfo, más Siria y Egipto).Ese mismo día visitarán Trípoli, donde se encontrarán con los países de la Unión del Magreb Árabe (UMA). El hecho de que el encuentro se produzca en la capital de Libia, país con el que la CE tiene suspendida la cooperación, reviste un especial significado.En la declaración aprobada ayer, los Doce "toman nota con interés del llamamiento del presidente Gorbachov al líder iraquí", en particular en lo que se refiere a la retirada total de Kuwait y al restablecimiento del Gobierno legítimo de conformidad con las resoluciones de Naciones Unidas. A juicio de la CE, la pelota está en el tejado de Sadam Husein, aunque un alto responsable comunitario reconoció que si Irak, acepta la retirada total, "se abrirá la brecha entre algunos beligerantes y el resto".Fórmula de consenso

Esta fórmula de consenso para evitar una discusión que resucitara las divisiones de meses pasados fue proporcionada por el ministro alemán, Hans Dietrich Genscher. "La CE como tal no está en guerra comentó el ministro español, Francisco Fernández Ordóñez, para explicar que el acuerdo era no hacer ninguna declaración al respecto hasta que se conociera con exactitud la respuesta iraquí. "Los demonios están en los detalles" había advertido el británico Douglas Hurd para despejar toda posible diferencia de matiz entre beligerantes y no beligerantes.

Sucumbiendo a la seducción de la televisión, el presidente de la reunión, el luxemburgués Jacques Poos, confesó que estaban al tanto del contenido de la propuesta, comunicada por la mañana por el embajador soviético en Luxemburgo. La posición oficial fue muy otra y el único acuerdo posible consistió en centrar todas las iniciativas comunitarias en la posguerra.

El consenso alcanzado ayer se refiere "al compromiso de la Comunidad y sus Estados miembros de contribuir activamente, una vez que la legalidad internacional sea restablecida, a la seguridad, estabilidad y desarrollo de todos los países de la región". La integridad territorial, incluida la de Irak, debe quedar garantizada. La Comunidad apoya el papel que debe desempeñar la ONU en el futuro para la paz en el Mediterráneo.

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La cooperación de la CE, especialmente en el plano económico, va dirigida no sólo a la región del Golfo, sino también a los países del Magreb, a la vez que se reafirma la necesidad de una conferencia internacional para resolver la seguridad de Israel y el problema palestino. El plan elaborado por el comisario Matutes y el documento resumen de la presidencia luxemburguesa servirán de cuadro de las negociaciones.Solución de paz global

Esta visión de una solución de par global, en la que deberá implicarse también a Irán, fue fruto de un acuerdo. Inicialmente, el británico Douglas Hurd, respaldado por su colega holandés, Hans van den Broek, defendió con vehemencia que el único problema es el del Golfo y puso en duda el papel económico a desempeñar por la Comunidad.

Contra esta tesis reduccionista se levantaron Francia, España, Italia, Grecia, Bélgica y Portugal, que lograron ampliar las bases del consenso. El ministro francés Roland Dumas llegó a pedir "la preparación inmediata" de la conferencia internacional sobre los territorios ocupados por Israel.

En cuanto a la Conferencia sobre Seguridad y Cooperación en el Mediterráneo, los Doce acordaron explorar esta posibilidad a medio plazo. También urgieron un diálogo con los países productores de petróleo para garantizar la estabilidad del precio del crudo.

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