_
_
_
_

Un vergel

Pocos metros después de pasar la verja externa con alambres de púas, el camino interior que conduce desde Villa Baviera hacia el hospital permite ver una granja modelo y autosuficiente. Bodegas con maquinaria agrícola, talleres mecánicos, depósito de combustible, generación propia de electricidad, un puente para cruzar un río colindante, césped y frutales por doquier, en un ambiente de gran limpieza, productividad y orden."Este vergel era antes de puras piedras", comentó uno de los amigos de la colonia. Junto al hospital interior de la sociedad, unos doscientos campesinos de las zonas cercanas esperaban a los visitantes, y se abalanzaron sobre los periodistas para formular declaraciones. "Yo soy Cecilia Inés Orellana Muñoz. Nunca he visto nada de lo que dicen que pasa por aquí. El hospital nos atiende gratis y es muy bueno".

Los campesinos temen que el término de la personalidad jurídica de la sociedad signifique el cierre del hospital. "Nos avisaron el día anterior, y aquí estamos, cumpliendo", dijo uno de ellos. En la sección pediátrica atendían enfermeras alemanas. Una de ellas afirmó haber emigrado desde Alemania a este lugar "para ayudar a los pobres".

Ayuda estatal

El Gobierno y los colonos mantienen una controversia sobre el monto de la ayuda estatal que el hospital recibe por cada paciente. El médico Harmutt Hopp, director del hospital y dirigente de la colonia, se lamenta de la decisión del Gobierno chileno de poner fin a la personalidad jurídica de la sociedad. "No solamente ha sido un atropello a nuestros derechos, sino un acto absolutamente injusto".

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Aunque esta colonia podrá seguir funcionando como empresa, puesto que traspasó sus propiedades a sociedades formadas por colonos, no podrá disfrutar de las rebajas de impuestos y aranceles que tenía hasta ahora como entidad benéfica. Al amparo de estas ventajas, y gracias al trabajo sin salarlo, previsión, horario ni vacaciones de los inmigrantes alemanes, la sociedad constituyó en tres décadas un imperio económico: 15.000 hectáreas de terrenos, complejos industriales y mineros además de numerosas propiedades.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_