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El atentado perpetrado ayer en Whitehall gozó de una cobertura informativa semejante a la que se da a los acontecimientos del Golfo y por poco los terroristas del Ejército Republicano Irlandés (IRA) no pueden alardear de una precisión semejante a la de algunos bombardeos de la fuerza multinacional en Irak.La radio y la televisión, que están en alerta desde que establiclló la guerra, ofrecieron casi instantáneamente imágenes y comentarios del atentado, grabado por las cámaras apostadas ante la residencia del primer ministro británico.
La apagada explosión del proyectil que cayó en el jardín provocó un temblor en la famosa puerta negra que lleva el número 10 de Downing Street, hacia la que inmediatemente se precipitó el bobby de guardia. Pasada la sorpresa y el desconcierto inicial, las cámaras se volvieron hacia la izquierda para capturar cómo una nube de humo blanco se elevaba hacia el cielo por el final de la corta calle.
La riqueza técnica de la cobertura fue el principal paralelismo con el conflicto del golfo Pérsico. William Gutteridge, director del Instituto de Investigación para el Estudio del Conflicto y el Terrorismo, desestimó cualquier hipotética relación entre el IRA y Bagdad y dijo no ver en el atentado sino un aprovechamiento por el grupo terrorista irlandés de una oportunidad de explotar al máximo la situación que vive el país y lograr un espectacular éxito propagandístico.
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