Soldados alemanes se declaran objetores de conciencia para no ir a Turquía
Los problemas del canciller Helmut Kohl en relación con la guerra del Golfo se complican cada día más. Al menos 50 soldados de la base de la Luftwaffe de Bremervürde, que debían partir hacia Turquía como parte de la operación de la Alianza Atlántica para defender al único país miembro de la OTAN fronterizo con Irak, se han negado a hacer lo declarándose objetores de conciencia. Otro tanto sucede con 10 servidores de una unidad de misiles antiaéreos de Hesse, y al menos 7.000 soldados de la reserva han solicitado la objeción de conciencia. Entre todos ellos se halla un número no identificado de soldados profesionales.Según publica el semanario Der Spiegel, citando a abogados de grupos pacifistas, ya el pasado 6 de enero tres soldados profesionales que pertenecían a la dotación de tierra de los 18 aviones Alfajet de la Luftwaffe que fueron enviados a la base turca de Erhac también se negaron a acudir amparándose en la Constitución alemana. En el Ministerio de Defensa ha empezado a cundir el pánico. Bonn, según fuentes gubernamentales, atribuye el incidente masivo de Bremervürde a la acción de "grupos políticos de la izquierda" sin identificar.
De momento, y pese a que legalmente los soldados podrían ser obligados a desplazarse a Turquía, ya que el proceso que se sigue tras pedir la objeción de conciencia sobrevenida, es decir cuando se solicita una vez en filas, es bastante largo y hasta que no finaliza el soldado debe cumplir sus obligaciones, Bonn ha decidido no complicar más las cosas y sustituir a los objetores por voluntarios, que, según fuentes militares, "no faltan".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.