El presidente De Klerk anuncia el comienzo de una nueva era sin 'apartheid' en Sur áfrica

El presidente surafricano, Frederik de Klerk, anunció ayer ante el Parlamento de su país, en un discurso marcadamente reformista, la decisión de su Gobierno de poner "fin a la era del apartheid" y derogar los últimos restos de los pilares legislativos del sistema de segregación racial. De Klerk pronunció este discurso al comienzo de una sesión a la que se dirigió en calidad de jefede¡ Partido Nacional -mayoritario en el Parlamento- y en la que se espera que obtenga un voto favorable, sin dificultades ni sorpresas, dado el escaso peso de la oposición conservadora blanca.

Frederik de Klerk dijo que, en caso de que su propuesta fuese aprobada, la Constitución surafricana quedará libre, en el plazo de unos meses, de los restos de la legislación de discriminación racial que han sido considerados como los pilares del apartheid.

El principal blanco de esta iniciativa es la ley del registro de la población, que exige que cada niño nacido en Suráfrica sea clasificado en función de su raza. Esta ley es la más problemática para su eliminación puesto que forma parte de la Constitución y, en teoría, sólo puede ser completamente derogada con una modificación de la carta. Sin embargo, el presidente surafricano cuenta con obviar este obstáculo, que aplazaría la desmantelación del apartheid, con la implantación este año de medidas intermedias. Además, De Klerk también apuntó en su discurso su intención de eliminar las leyes sobre residencia separada y propiedad de la tierra -que asegura a la minoría blanca la posesión del 83% de las tierras cultivables en el país-, que constituyen los otros capítulos restantes del apartheid desde que De Klerk inició su programa de reformas hace un año.

Mientras De Klerk pronunciaba su discurso en el Parlamento, Walter Sisulu, uno de los dirigentes más relevantes del Congreso Nacional Africano (ANC) -el principal movimiento surafricano de oposición al apartheid-, declaraba ante unos 20.000 seguidores:

"No tenemos el voto; eso es lo que nuestra gente quiere hoy".

El ANC, al igual que el movimiento más radical del Congreso Panafricano (PAC), ha organizado marchas y protestas en varias ciudades del país para pedir al Gobierno la puesta en marcha de una Asamblea Constituyente que actúe como Gobierno interino y que sustituya al actual Parlamento, en el que no está representada la población negra, que constituye el 75% de la población surafricana, integrada por 37 millonesde habitantes. El ANC manifestó ayer que no haría ningún comentario sobre el anuncio de De Klerk hasta hoy.

El obispo anglicano y premio Nobel de la Paz surafricano Desmond Tutu dio la bienvenida al discurso del presidente en París -donde realiza una visita-, aunque dijo que los negros seguirían siendo pobres hasta que Pretoria no elimine las barreras reales del apartheid.

En su discurso de ayer, De Klerk rechazó las peticionespara. la formación de la Asamblea Constituyente, pero apoyó la creación de una conferencia con todos los grupos políticos para la planificación de un futuro democrático para Suráfrica.

La mención hecha por De Klerk de la abolición de las leyes sobre propiedad terrera hizo que los parlamentarios del Partido Conservador se pusieran airadamente de pie y gritaran objeciones como "no tiene derecho a hacer esto" y "eres un traidor a la nación".