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El modelo represivo frente a las drogas esta en crisis, según expertos europeos

Milagros Pérez Oliva

El enfoque penalizador con el que hasta ahora se ha abordado el problema de las toxicomanías se encuentra en crisis y las Administraciones públicas comienzan a admitir el fracaso, según han coincidido diferentes expertos reunidos en Barcelona en unas jornadas europeas sobre prevención de drogodependencias, organizadas por la Comisión de las Comunidades Europeas y 24 organizaciones no gubernamentales y organismos públicos de diferentes países.

Varias de estas entidades independientes se han constituido en plataforma para la elaboración de un nuevo planteamiento frente a las drogas a escala europea que incluya la modificación de la actual legislación penalizadora. Las entidades no gubernamentales pretenden que Europa se desmarque de la política represiva que encabeza Estados Unidos y elabore una política propia que permita disminuir los riesgos que comporta la drogadicción, tanto en la esfera de la seguridad ciudadana como en la de la salud y calidad de vida de los propios toxicómanos.Los expertos reunidos analizaron los resultados de las experiencias liberalizadoras llevadas a cabo en Amsterdam (Holanda), Liverpool (Reino Unido) y otras ciudades europeas, en las que una política menos represiva no sólo no ha incrementado el consumo de drogas, sino que ha permitido reducir la criminalidad y la mortalidad y ha evitado la propagación del sida entre los toxicómanos.

"Por encima de las diferencias de cada país, lo que nos une es haber llegado a la conclusión de que el modelo que hemos aplicado hasta ahora se encuentra en crisis", afirma Anme Mino, responsable de Toxicodependencias de las Instituciones Universitarias de Psiquiatría de Ginebra (Suiza). "Debemos formular una nueva representación social del drogadicto y desterrar el estereotipo que lo presenta como delincuente o como enfermo incapaz de gobernarse a sí mismo, porque esta concepción es intrínsecamente marginadora e Impide que los programas de reinserción tengan éxito".

Para la socióloga Lia Cavalcantí, directora de Drogue et Societé, radicada en el área de París (Francia), "la sociedad debe implicarse en el problema de la droga y no delegarlo exclusivamente en los expertos; y debe ver al drogadicto como una persona que tiene la oportunidad de vivir su toxicomanía como algo pasajero". Se trata de evitar, según Margarita Morales, de la asociación Vis avec Nous, también radicada en el área de París, "el modelo social norteamericano, en el que el drogadicto queda recluido en un grupo marginado del resto de la sociedad, pero en cuyo interior la droga es apreciada como un factor positivo de integración, por ejemplo, un medio de vida no mucho más arriesgado que los otros condicionantes de la existencia en este medio".

Este modelo, según Morales, no margina al individuo, sino que lo integra en un gran grupo marginado cuyas normas de relación tenderán a perpetuar las condiciones de segregación colectiva. -Y el factor que más contribuye a crear esa marginación", afirma Victor Martí, del grupo IGIA de Barcelona, "es la criminalización que comporta la actual legislación penalizadora. Para Anme Mino, "es preciso introducir fórmulas que permitan al drogadicto hacer frente a su adiccion sin necesidad de delinquir y poner en peligro su vida".

La experiencia de Amsterdam

Éste es el planteamiento aplicado desde hace seis años en Amsterdam, donde se permite la venta de marihuana en tiendas especiales y donde el ayuntamiento facilita jeringas gratis a los heroinómanos y metadona a un colectivo de 8.000 toxicómanos, según Paul Vasseur, coordinador del programa, y Bernhard Scholten, de la policía. La experiencia se está extendiendo a otras ciudades alemanas y británicas.Fruto de esta política adoptada tempranamente es que la mortalidad por drogas es muy reducida en Amsterdam, y el fácil acceso a las jeringas ha impedido que el sida se expandiera entre los toxicómanos y, a través de ellos, a la población en general por contagio heterosexual, como ha ocurrido en otras metrópolis europeas.

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