Prohibidas las huelgas durante dos meses
G. H."Al Gobierno le va a costar muy caro tratar de impedir que los trabajadores luchen para defender sus derechos", dijo ayer el líder sindical Semse Denizer. Su airada reacción obedecía a la decisión del Ejecutivo de "posponer por motivos de seguridad todas las huelgas en el país durante 60 días".
En la cuenca minera de Zonguldak, al norte de Turquía, donde más de 48.000 trabajadores de las minas del carbón se encuentran en huelga desde finales de noviembre, la orden del Gobierno cayó como una bomba.
"Si el Gobierno trata de evitar manifestaciones y problemas, ahora se le van a duplicar", aseguraba un periodista. El viernes murió una persona en una de las numerosas manifestaciones ocurridas en distintas ciudades del país para protestar contra la guerra del Golfo.
La principal central sindical, Turk-Is, criticó duramente la decisión que afecta a unos 150.000 obreros en huelga. Un portavoz indicó que se piensa recurrir ante el Tribunal Supremo.
La noticia la hizo pública en la mañana de ayer un portavoz de la presidencia que anunció que las huelgas se retrasaban un mes. Con los ánimos ya calientes, salió al escenario la ministra de Trabajo, Imren Aikut, quien indicó que había habido una confusión y que el retraso no era de 30 días, sino de 60.
La protesta contra las decisiones de Ozal, no sólo en cuanto a las huelgas sino, sobre todo, en lo que respecta al conflicto del Golfo se basa en lo que la oposición considera "falta de legitimidad moral" del presidente y del Gobierno, apoyados por una amplia mayoría en el Parlamento pero con un respaldo minoritario en la calle.
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