EE UU ha lanzado 28.000 toneladas de bombas
Los aviones de las fuerzas multinacionales han realizado alrededor de 1.400 salidas diarias desde que el pasado jueves comenzó la guerra. Calculando que cada avión porta una media de 4.000 kilos de explosivos -muchos más en algún caso, pero menos en otros-, se estima que sobre Irak han caído ya unas 28.000 toneladas de bombas y misiles. Los objetivos, sin embargo, han sido hasta ayer muy específicos -militares o de comunicaciones- y aún no se ha producido destrucción de grandes áreas o combates entre fuerzas terrestres. De hecho, las fuerzas aliadas actúan hasta ahora de forma que se eviten al máximo las muertes de civiles iraquíes y las de tropas propias.
Los aviones que están empleando las fuerzas multinacionales, el tipo de armas que lanzan y los efectos que producen son los siguientes.B-52 Stratofortress (EE UU). Dedicado sobre todo a lanzar alfombras de bombas de 300 a 500 kilogramos sobre la Guardia Republicana, desplegada cerca de Basora y en Kuwait. De 56 metros de largo y 14 de altura, esta fortaleza volante puede transportar más de 20.000 kilos de bombas que las lanza desde una gran altura -entre 12.000 y 14.000 metros- volando a unos 500 kilómetros por hora, impulsado por ocho turboreactores. Actúa apoyado por cazas para interceptar ataques de otros aviones. A medida que se acerque un posible enfrentamiento en tierra, el B-52 estará dedicado a reducir las defensas iraquíes más próximas a la frontera saudí.
F-15 Eagle (EE UU). Avión de neta superioridad aérea, puede volar a más de 20.000 metros de altura a una velocidad de 1.400 kilómetros por hora. Armados con misiles aire-aire Sparrow y Sidewinder, intervinieron los primeros días para enfrentarse a cualquier actuación de los cazas Mig-29 Fulcrum de procedencia soviética, los más modernos con que cuenta Irak. EE UU asegura haber derribado 7 Mig-29 y 2 Mirage F-1 en los dos primeros días de guerra. Otra versión de los F-15 actuó en las primeras horas del conflicto para interferir los radar iraquíes mediante la emisión de señales electrónicas distorsionadoras.
F-18 Hornet (EE UU). Actúan desde los portaviones y su principal misión en estos días ha consistido en la destrucción de los radar iraquíes mediante misiles HARM (misil antiradiación de alta velocidad). Una vez lanzado desde el avión, este misil busca señales emitidas por radar, elige automáticamente el blanco más peligroso y se dirige hacia él a más de 2.400 kilómetros por hora. EE UU asegura haber destrozado, sobre todo con este arma, la mitad de los radar de alerta de Irak.
F-117 A Stealth (EE UU). Es el avión más avanzado que se utiliza en esta guerra. Invisible al radar, de uno de ellos partió la primera bomba guiada por láser -impactan exactamente- en el punto iluminado por un rayo laser desde el avión- que cayó en el centro de comunicaciones. Además de bombas -de una tonelada cada una-, también lleva misiles aire-tierra guiados por láser y misiles HARM.
Tornado (Reino Unido e Italia). A los Tornado británicos -con una versión de reconocimiento equipada con detectores infrarojos- les ha correspondido entre sus misiones prioritarias la difícil localización de las rampas móviles de misiles Scud. Otra versión, similar a la italiana, está equipada con bombas J-333: un contenedor que desparrama por las pistas de los aeropuertos 640 pequeñas bombas que estallan con mecanismos retardados o al paso de objetos diferentes -vehículos, aviones, blindados...- Los Tornado actúan en esta misión a baja altura, por lo que constituyen un blanco más fácil a la artillería antiaérea y han sufrido varias bajas.
F-1 11 (EE UU). Avión de ataque estratégico. Está siendo empleado desde Arabla Saudí y desde Incirlik (Turquía). Sus misiles y bombas -puede llevar hasta 10.000 kilos- son guiadas por láser y por tanto actúan contra objetivos marcados previamente. Utilizado específicamente para penetraciones en profundidad.
F-4 G Wild Weasers (EE UU). Derivado de los Phamton iniciales, fue el primer avión que penetró en el espacio aéreo iraqui para distorsionar los radar y abrir el camino a los Stealth, F18 y F-III que hicieron los primeros bombardeos.
Mirage F-1 (Francia). Avión de defebsa aérea, acompaña a los bombarderos para intervenir ante cualquier avión iraqui que intervenga en la zona.
Harrier (EE UU). Cazabombarderos de ataque al suelo que pueden aterrizar o despegar verticalmente. Pueden llevar más de 8.000 kilos de bombas.
F-14 Tomcat (EE UU). Basado en los portaviones estadounidenses, está armado con misiles aireaire y actúa como acompañante de los bombarderos de ataque al suelo. Como el F-15, puede seleccionar varios blancos a la vez y disparar sobre varios objetivos.
F-16 (EE UU). caza polivalente empleado tanto para ataques a tierra como para combate aire-aire.
Misiles Tomahawk. Junto a estos aviones, los ataques de las fuerzas multinacionales han partido también de los acorazados, cuya principal arma hasta ahora ha sido el lanzamiento de tres centenares de mIsiles Tornahawk -tanto desde el golfo Pérsico como desde el mar Rojo-, que tienen un error de sólo unos metros pese a ser lanzados desde más de 600 kilómetros.
Hasta ahora, apenas ha habido enfrentamientos entre aviones de las fuerzas aliadas y de las iraquíes, y en los pocos casos en que se han registrado los aparatos iraquíes han resultado con mayores pérdidas. Por ello, y según creen los expertos que analizan el curso de la guerra, Husein ha optado por mantener ocultos sus casi cerca de 700 aviones.
Los aeropuertos y las bases aéreas en Irak están prácticamente destruidas, y se estima que será muy difícil que la aviación iraquí intervenga masivamente porque no podrá emplear su infraestructura: ni las pistas -podrían usar tramos de autopistas y carreteras- ni los centros de mantenimiento, así como las comunlcaciones o los sistemas de alerta.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.