Pérez de Cuéllar lanza un último llamamiento a Irak

El secretario general de las Naciones Unidas, Javier Pérez de Cuéllar, quemó ayer sus últimos cartuchos para evitar la guerra del golfo Pérsico. Seis horas antes de que expirara el plazo impuesto por la resolución 678 del Consejo de Seguridad, que autoriza el uso de la fuerza, el más alto funcionario de la ONU, que no tiene poder ejecutivo, pidió a Sadam Husein que iniciara "sin demora la salida de Kuwait"'. A cambio de la retirada, Pérez de Cuéllar se comprometió a dedicar todos sus esfuerzos para solucionar el conflicto árabe-israelí, "incluida la cuestión palestina". Su declaración, que en cierto modo era similar a la propuesta lanzada por Francia el pasado lunes, ponía punto final a todos los intentos de última hora para evitar lo que ya parece inevitable: la guerra.

Las palabras del secretario general de la ONU fueron pronunciadas en la sala de conferencias número uno, presidida por un enorme reloj que marcaba inexorablemente cada segundo que resta al plazo concedido a Irak por el organismo multinacional para su retirada de Kuwait. El discurso de Cuéllar dejaba para la historia las propuestas de paz presentadas por Francia, el Reino Unido, la Unión Soviética y Zaire y confirmaban que la suerte estaba ya echada y que la última decisión quedaba en manos de la misma persona que inició el conflicto: Sadam Husein.Ante más de 500 periodistas y decenas de embajadores y diplomáticos de todo el mundo, el secretarlo general apeló al líder iraquí a que cambiara el rumbo de los hechos que vislumbran la catástrofe "hacia una nueva era de justicia y armonía basada en los principios de la Carta de la Naciones Unidas".

El secretario general pidió el total cumplimiento de las doce resoluciones aprobadas por el Consejo de Seguridad, "empezando por la 660", que condenó la invasión de Kuwait y exigió a retirada el mismo día en que se produjo. Pérez de Cuéllar, que el pasado domingo se había entrevistado personalmente con Sadam en Bagdad, explicó que había recibido garantías "al más alto nivel" de que las tropas iraquíes no serían atacadas si iniciaban su retirada. Del mismo modo también garantizó el "inmediato despliegue en la zona de observadores, y si es necesario, de fuerzas de la ONU para asegurar que las hostilidades no se iniciarán". Pérez de Cuéllar también urgió al Consejo a que "revise todas sus decisiones sobre las sanciones a Irak" y que las fuerzas extranjeras estacionadas en la zona comiencen su retirada lo antes posible.

Justicia y equidad

"La paz en la zona", dijo el primer funcionario de la ONU, "requiere que todos los problemas se resuelvan con justicia y equidad de acuerdo con la Carta de las Naciones Unidas". Alegando una vez mas que contaba con el apoyo de los más altos niveles de los gobiernos envueltos en la crisis Pérez de Cuéllar prometió dedicar todos sus esfuerzos a solucionar "el conflicto árabe israelí, incluida la cuestión palestina".

Para muchos diplomáticos la declaración oficial del secretario general tenía una doble intención: lanzar el último aviso a Sadam y tratar de consolidar la coalición internacional formada contra Irak.

Todos los esfuerzos de última hora quedaron ayer en eso.Cuéllar dijo: "En el décimo y último año al frente de la secretaria general no me causaría más satisfacción que ver a Oriente Próximo en el camino de la paz, y mi decepción no sería mayor ni más trágica que dejar a las naciones del mundo iniciando un conflicto que ningún pueblo quiere".