Ecos de los años treinta
En los días que siguieron a la caída de la Bolsa en octubre de 1987, los inversores recordaban que el crash de 1929 marcó el comienzo de una década de depresión mundial. Sus temores pronto se desvanecieron: los Gobiernos rebajaron los tipos de interés para estimular la demanda. Las economías de los países del Grupo de los Siete (G-7) crecieron una media del 4,6% en 1988. ( ... )Aunque ahora dos de los países del G-7, EE UU y Reino Unido, parecen sufrir una recesión, el panorama más probable para el mundo en 1991 es una mezcla tolerable de crecimiento más lento e inflación más baja. (...) Pero, aunque los pronósticos están lejos de ser demasiado optimistas, las economías industriales actuales están mucho mejor preparadas para resistir la depresión. ( ... ) Quizá parezca que 1991 no puede afrontar su catálogo de enfermedades. Los mercados financieros están agitados ante la sombra de guerra en el Golfo. Esta guerra podría causar una nueva quiebra de las bolsas mundiales. También provocaría que el precio del petróleo se elevara a 50 dólares el barril y se mantuviera así durante meses. ( ... )
Si las cosas fueran de mal en peor, serían necesarios nuevos esfuerzos de negligencia, incompetencia y mala suerte para llegar a una depresión la mitad de grave que la de los años treinta. ( ... ) Si los Gobiernos quieren hacer añicos la economía mundial, enero de 1991 puede ser un momento extraordinariamente bueno para empezar.
13 de enero
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