Un océano de divergencias separa a EE UU e Irak
ENVIADA ESPECIAL,Todo está preparado para que hoy comience en Ginebra la reunión entre el secretario de Estado norteamericano, James Baker, y el ministro iraquí de Asuntos Exteriores, Tarek Aziz. Incluso la dirección M hotel donde ambos se alojan desde anoche ha cambiado el nombre de su Sala Persa por el de Sala Suiza con el fin de evitar susceptibilidades a los iraquíes. Pero nada garantiza que el encuentro dure más de 10 minutos. Las divergencias sonenormes. Mientras que Aziz acude a la cíta con ánimo de negociar -"aunque no aceptaremos presiones de ningún tipo" declaró a su llegada a la ciudad suiza-, Baker no ha ocultado que carece de instrucciones en ese sentido.
Baker lleva una carta de su presidente, George Bush, para el líder iraquí, Sadam Husein, y el mensaje claro de que la fecha límite del 15 de enero es un ultimátum. Para Estados Unidos, no hay nada que negociar. Irak debe retirarse de Kuwalt y luego ya se verá. Washington no acepta la relación que establece Bagdad con el resto de los problemas de la región. Si ambos interlocutores mantienen en privado esas posturas de todos conocidas, poco de sí va a dar su tema de conversación.En este clima, el ministro de Asuntos Exteriores iraquí, que llegó ayer a Ginebra a las 22.00 horas, subrayó la disposición de su Gobierno a mantener hoy "constructivas conversaciones" pero advirtió que no aceptará presiones de ningún tipo, según informa Juan Jesús Aznárez desde la ciudad suiza.
"He venido con buena fe, con la mente abierta y dispuesto a concluir positivas y constructivas conversaciones con el secretario de Estado norteamericano si él muestra la misma intención", dijo Aziz en el aeropuerto. James Baker eludió hacer ningún tipo de declaraciones a su llegada a Ginebra.
El representante iraquí agregó "que si hubiese genuinas y sinceras intenciones de hacer la paz en Oriente Próximo, Irak aceptará el diálogo". "Pero si vamos a escuchar lo que ya hemos oído en los últimos días", añadió, "esa misma clase de retórica, se dará la respuesta apropiada".
Ahora bien, parece razonable que al margen de las posiciones estrictamente oficiales se tanteen opciones o puntos en los que las partes puedan ofrecer mayor flexibilidad, aunque sólo sea a mero título informativo. Medios periodísticos y diplomáticos han comentado desde los primeros momentos de la crisis la posibilidad de que existan contactos secretos entre las partes.
La última tentativa de mediación conocida fue del presidente argelino, Chadli Benyedid, el resultado de cuyos esfuerzos se mantiene reservado. Su silencio se ha interpretado como fracaso en los medios de comunicación occidentales, pero lo cierto es que hasta el momento ha sido el único mediador que ha propuesto de forma abierta un compromiso sobre el asunto del vínculo de todos los problemas de Oriente Próximo. De acuerdo con la proposición de Benyedid, la comunidad internacional se comprometería a que todas esas cuestiones se examinen con los mismos criterios e interés, pero sin la exigencia de que el arreglo sea simultáneo en una misma conferencia internacional.
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