Moscú decide enviar tropas al Báltico
El Ministerio de Defensa de la URSS confirmó ayer el próximo envío de tropas a las repúblicas del Báltico, al tiempo que lanzó un ultimátum a las autoridades letonas, a quienes ha amenazado con el uso de la fuerza si el 13 de enero no se ha restablecido la situación en los cuarteles, donde cerca del 75% de los llamados a filas no se ha presentado. El presidente lituano, Vytautas Landsbergis, calificó la medida de "provocación" y apoyó a los jóvenes insumisos. El embajador de EE UU en Moscú, Jack Matlock, expresó su preocupación al ministro de Exteriores, Edvard Shevardnadze.
Los dirigentes de las tres repúblicas bálticas anunciaron ayer haber sido informados por el general Fiodor Kuzmin, comandante en jefe de las fuerzas soviéticas en el Báltico, de la llegada inminente de importantes refuerzos de tropas de élite.El comunicado del Ministerio de Defensa precisaba que las medidas se habían adoptado debido "a la multiplicación en diversas repúblicas de los casos de violación de los compromisos para la defensa del país".
El general Kuzmin indicó que el ejército intervendría si las autoridades de las repúblicas bálticas hacían caso omiso al ultimátum del 13 de enero. Según la publicación no oficial Baltfax, varias divisiones de paracaidistas, de 10.000 hombres cada una, se dirigían ayer hacia el Báltico.
Altos responsables de Estonia y Letonia acusaron a Moscú de llevar a cabo una operación de gran envergadura con el objetivo de establecer regímenes militares en las repúblicas disidentes.
Violencia en Georgia
Por otra parte, tres personas fueron muertas por la policía georgiana en Osetia del Sur, una ex provincia autónoma en territorio de Georgia que el Parlamento de esta república transcaucasiana decidió disolver el mes pasado.
En Tsinjavali, capital de la provincia, un grupo de policías abrió fuego contra civiles indefensos, informó la agencia independiente Interfax. Además de los tres muertos, hay cinco heridos. El Gobierno georgiano impuso el estado de excepción en la zona el mes pasado, a raíz de un estallido de violencia en el que murieron tres personas. El poder local ha declarado que la situación es crítica y pide que los georgianos entreguen el mando de la policía en la provincia a las tropas del Ministerio del Interior de la URSS. La eliminación del estatuto de autonomía especial de Osetia en diciembre pasado ha desatado la violencia.
El empeoramiento de la situación en varias repúblicas coincide con unas declaraciones del presidente soviético, Mijaíl Gorbachov, al semanario Golos, en las que afirma una vez más que no se convertirá en un dictador, aunque subraya que la URSS necesita "un poder fuerte, que no significa un retorno a la dictadura". "¡No seré un dictador! Creo que todos han podido ver ya que es así.
Hace tiempo que podría haberlo sido, porque el secretario general del Comité Central del Partido Comunista de la URSS tenía más poder que nadie en el mundo. ¡Más que cualquier dictador, más que cualquier Pinochet!", dijo Gorbachov en la entrevista.
"Quizá a mí me sea más difícil que a nadie, quizá el más grande drama sea el mío", agregó el presidente, explicando que él no puede ir ahora en contra de las ideas democráticas que profesa. Gorbachov sostiene que lo único que puede "salvar al país son los principios democráticos y el respeto a las leyes de un Estado de derecho", aunque piensa que los soviéticos no están preparados aún para ello: "No tenemos la cultura y la experiencia necesarias".
Hoy reanuda sus sesiones el Sóviet Supremo de la URSS, en un ambiente de preocupación por el hecho de que el país ha comenzado el año 1991 sin tener aprobado el presupuesto.
La mayoría de las diferencias que existían entre las repúblicas y entre éstas y el centro han sido resueltas en la última reunión del Consejo de la Federación, pero quedan aún problemas graves en tomo al presupuesto.
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