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Fraga y el arzobispo de Santiago advierten de los peligros del "materialismo"

Xosé Hermida

El presidente de la Xunta de Galicia, Manuel Fraga, y el arzobispo de Santiago de Compostela, Antonio María Rouco Varela, coincidieron ayer al señalar el "materialismo" como la causa principal de los problemas que padece la humanidad. Fraga, que presentó por delegación del Rey la ofrenda del acto conmemorativo de la traslación de los restos del apóstol Santiago, pidió un "rearme moral" de la sociedad para superar "la mera dialéctica económica".

En un discurso pronunciado con voz entrecortada por la emoción, el presidente de la Xunta aludió en el acto celebrado en la catedral de Santiago al "derrumbe de la utopía del materialismo marxista", pero advirtió que en la época actual también han surgido problemas "en el otro materialismo consumista".Fraga solicitó al apóstol Santiago que se instale en la sociedad "el sentido de lo justo, lo bueno y lo desinteresado". "Siempre se han superado los desengaños materialistas por elevación intelectual", dijo Fraga, quien se refirió además a la necesidad de defender "la tierra, el agua y el aire".

En su respuesta a la ofrenda, el arzobispo Antonio María Rouco recordó el contenido de la reciente y polémica pastoral de los obispos españoles, que pretende llamar la atención sobre los "graves problemas que afectan al tejido social y moral de nuestra sociedad".

El arzobispo Rouco también insistió en los peligros del "materialismo persistente" y no olvidó sus habituales alusiones a la defensa de la dignidad humana "desde el momento de la concepción".

El presidente de la Xunta y el arzobispo coincidieron en pedir la paz para el mundo ante la amenaza de un conflicto bélico en el golfo Pérsico, que Rouco interpretó como una prueba más de la "necesidad de superar esa tremenda situación de injusticia, de verdadero pecado colectivo, que supone el hambre y la miseria de más de media humanidad".

Fraga intercedió ante el apóstol por los "compatriotas" que se han desplazado a la zona del conflicto para "de nuevo defender las resoluciones de las Naciones Unidas".

El acto celebrado ayer en la catedral de Santiago cle Compostela es una tradición que se remonta a tiempos de Felipe II, y pretende conmemorar la traslación de los restos del apóstol Santiago desde el puerto de Haifa hasta Galicia.

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Sobre la firma

Xosé Hermida
Es corresponsal parlamentario de EL PAÍS. Anteriormente ejerció como redactor jefe de España y delegado en Brasil y Galicia. Ha pasado también por las secciones de Deportes, Reportajes y El País Semanal. Sus primeros trabajos fueron en el diario El Correo Gallego y en la emisora Radio Galega.

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