Una nueva fuga de gas natural obliga a desalojar cuatro edificios de Barcelona

Una nueva fuga de gas natural obligó a los bomberos a desalojar a los vecinos de cuatro inmuebles del casco antiguo de Barcelona sobre las dos de la madrugada de ayer. La fuga se localizó en la calle del Hospital, en una zanja abierta por operarios de la compañía Catalana de Gas a última hora de la tarde del viernes. Éstos acudieron al lugar tras recibir aviso de los vecinos, que percibieron olor a gas en la finca del número 77. Los técnicos inspeccionaron las cañerías, levantando parte de la calzada, y alrededor de la una de la madrugada abandonaron el servicio.

Una hora y media después de estas operaciones, unas llamaradas de unos dos metros de altura salían de las alcantarillas, lo que causó pánico entre los vecinos. A las 12 horas de producirse el escape, ningún responsable de Catalana de Gas había dado explicaciones de lo ocurrido, por lo que se desconoce la versión de la compañía sobre las causas de este nuevo incidente.Ésta es la cuarta fuga de gas que se produce en Barcelona en 24 días, la última el pasado día 22 en un piso del barrio de Vallcarca. Las circunstancias de la fuga de ayer son muy similares a las del siniestro de L'Hospitalet del Llobregat, el 19 de diciembre, donde falleció una persona. En ambas ocasiones, los vecinos alertaron del olor a gas a la compañía, los técnicos acudieron y, horas después de su marcha, se producía una gran explosión, en el caso de L'Hospitalet, y una llamarada, como ocurrió ayer en la calle del Hospital.

Los vecinos de los inmuebles afectados de la calle del Hospital mostraban ayer su indignación por lo sucedido. Al cabo de unas horas de haber llamado a la compañía por el olor a gas, vieron cómo, pasadas las dos de la madrugada, las llamas alcanzaban la fachada del edificio del número 77.

Los bomberos arrojaron agua a las paredes y evitaron que el fuego afectar el interior de los pisos. Después de permanecer unas horas refugiados en furgonetas de la Guardia Urbana, los vecinos pudieron regresar a sus domicilios a las cinco horas, no sin requerir tanto de los agentes como de los bomberos garantías sobre la seguridad de que el escape estaba controlado. Antes de ocupar los domicilios, los bomberos los inspeccionaron para asegurar que no existía una fuga de gas en el interior de las viviendas.