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Economía quiere pactar moderación salarial con sindicatos y empresarios en una sola mesa

El año 1990 termina, en el terreno económico, como empezó: con la propuesta inconcreta de un pacto de competitividad sobre la mesa. El secretario de Estado de Economía, Pedro Pérez, reiteró ayer necesidad de que la moderación salarial acompañe a las políticas monetaria y fiscal para reducir los desequilibrios (inflación, déficit exterior, y paro) de la economía española, pero no quiso apuntar ningún otro aspecto a incluir en el reiterado pacto de competitividad. El diputado del Partido Popular Rodrigo Rato criticó también ayer la "falta de contenido" de la propuesta. "En vez de un pacto parece el parto de los montes", comentó Rato.

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El balance económico del año 1990 que realizaron ayer el Gobierno y el principal partido de la oposición pivotó sobre el pacto de competitividad, planteado por el PSOE desde el inicio de esta legislatura, hace más de un año.El secretario de Estado de Economía, Pedro Pérez, puso el acento en la necesidad de que la política de rentas y, en concreto, la moderación salarial, acompañen a las políticas monetaria y fiscal el próximo año. Pedro Pérez evitó utilizar cualquiera de las sonoras denominaciones del pacto, así como concretar cómo pueden moderarse los beneficios empresariales.

El portavoz del Partido Popular, Rodrigo Rato, criticó -en la presentación del balance económico del año realizada por el PP- la falta de contenido" del pacto de competitividad planteado por el Gobierno. "No tienen un modelo que defender", aseguró Rato, para quien, "hasta ahora sólo hemos estado mareando la perdiz". El PP acusa al Ejecutivo de haber perdido un año. A juicio de Rato, "el Partido Popular ha conseguido que el PSOE respalde a Solchaga, lo que él sólo parecía incapaz de conseguir". Su deseo es que este respaldo se mantenga en la elaboración de la política económica".

Esa política económica deberá apoyarse el próximo año, según Pérez, "en tres patas: la política monetaria, la fiscal y la de rentas". El secretario de Estado de Economía aseguró que mientras las dos primeras políticas dependen del Gobierno, para la tercera necesitan la colaboración de los agentes sociales.

La política de rentas se convierte así, para Economía, en la principal baza del pacto de competitividad. El cuadro macroeconómico del Gobierno está elaborado, según Pedro Pérez, "con un escenario de moderación salarial", con lo que el Gobierno compromete el cumplimiento de sus previsiones a la existencia de esa política de rentas.

Esta "tercera pata" deberá negociarse el próximo ejercicio en "una mesa de concertación social". El responsable de Economía dejó claro que el Gobierno pretende sentar en "una sola mesa" a empresarios y sindicatos de cara a alcanzar un acuerdo de moderación de rentas, que está, de momento, mucho más claro en lo que afecta a los salarlos que a los beneficios.

Reorientar beneficios

A juicio de Pedro Perez, "La concertación salarial permite reorientar los beneficios". En su opinión, Ios años en los que ha habido concertación han sido también los que más ha mejorado el poder adquisitivo de los trabajadores, ya que esas expectativas de moderación animan a los empresarlos a destinar parte de sus beneficios a la autofinanci ación".

Economía no adelantó, sin embargo, si esa "animación' puede estar acompañada de alguna otra medida, más o menos pactada, que canalice una parte de los beneficios hacia la reinversión. Esta posibilidad por la vía de planes de inversión, ha sido apuntada en varias ocasiones a lo largo del año, pero ahora parece congelada tras el debate político abierto a raíz de la alusión a Ia ley de hierro de los beneficios" que hizo el vicepresidente del Gobierno.

"Estamos hablando de una negociación en la que las partes pueden o no comprometerse a seguir determinadas pautas", aseguró el secretario de Estado como defensa a la inconereción del pacto de competitividad. El PSOE pretende ahora que esa negociación esté impulsada por una declaración política previa, que se arbitrará en la comisión mixta Congreso-Senado, sobre la conveniencia de que la política de rentas se convierta en la tercera pata. El Partido Popular reiteró ayer su disposición a apoyar ese potencial pacto, "si llega a ponerse sobre la mesa". El problema es que enumeró una larga serie de medidas concretas que deberían, a juicio de la oposición, formar parte del mismo.

El PP considera que el pacto de competitividad debe incluir, además de la política de rentas, la definición de la política energética a seguir, un pacto de financiación de las autonomías (ambos antes de las elecciones autonómicas), y el compromiso de reformar el INEM, con el objetivo de que sirva para crear empleo además de para financiar el desempleo. Junto con estas exigencias, el PP considera que la mejora de la competitividad de la economía española pasa por diseñar una política sectoríal que acompañe a la maeroeconómica en la que pone el acento el Ejecutivo.

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