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Las víctimas del 'timador del taxi' finalizan una protesta de 24 horas en la plaza de la Villa

Las 15 víctimas de una presunta estafa en la compraventa de licencias de taxi finalizaron al mediodía de ayer una protesta, que duró 24 horas, ante la sede del Ayuntamiento de Madrid, en la plaza de la Villa, tras ser recibidos por el concejal responsable del área de circulación, Eduardo Larraz. Los concentrados, en su mayoría asalariados del sector del taxi, pasaron la noche del lunes al martes frente a la casa consistorial.

Desde hace más de un año, 15 familias buscan afanosamente a Francisco Rodríguez Jiménez, más conocido en los círculos del taxi como el Niño de Oro, por su ostentoso nivel de vida. Rodríguez Jiménez, que se dedicaba desde hace 10 años a la compraventa de licencias de taxi, desapareció a finales de noviembre de 1989, después de defraudar a sus clientes una cifra próxima a los 200 millones de pesetas. En total fueron cuatro los vendedores y 11 los compradores de las licencias.Algunos de los 15 asalariados que querían convertirse en autónomos del sector deberán afrontar el próximo mes de enero el embargo de sus pisos por la entidad financiera que les concedió un préstamo para comprar la licencia a Rodríguez Jiménez.

Éste es el caso de Félix Corral, de 32 años, que en octubre de 1989 pagó 9,5 millones de pesetas para poder hacerse con una licencia de taxi. Corral asegura que Rodríguez Jiménez le hizo firmar los documentos para obtener un crédito bancario. "El próximo 30 de enero me subastan el piso, y la policía aún no tiene pistas del estafador", se lamentaba ayer, aterido de frío tras haber pasado la noche en la plaza de la Villa. Este taxista asalariado, qué dice recibir un salarlo de unas 100.000 pesetas al mes, se niega a pagar al banco las 160.000 pesetas mensuales que corresponden al importe del préstamo y a los intereses.

Dolores Micó, otra de las personas concentradas ante la sede del Ayuntamiento de Madrid, cree que sufrió una estafa de "¡da y vuelta": "Mi ex mar¡do había comprado una licencia de taxi a Francisco Rodríguez Jiménez por nueve millones de pesetas; como yo no podía pagar los intereses del préstamo, le vendí la licencia por 9.200.000 pesetas. Al final me quedé sin licencia, sin coche y con las deudas del banco, que va a embargar el piso de mis padres, que avalaron la primera compra, en marzo".

El concejal de Circulación y Transportes, el centrista Eduardo Larraz, con quien este periódico intentó contactar sin éxito repetidamente, se cornprometió, según los concentrados, a intentar alguna solución a sus problemas, aunque les advirtió que la compraventa de licencias de taxi escapaba a las competencias municipales.

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