La Constitución ampara el derecho a elegir la propia muerte, afirma el juez Pedreira

Uno de cada cinco españoles fallece en un hospital, y sin embargo, la infraestructura no permite procurar una muerte digna al enfermo, según expusieron ayer varios facultativos en las Jornadas sobre los Derechos de los Pacientes, organizadas por el Insalud. Los médicos mantienen su rechazo a la eutanasia, aunque, para Antonio Pedreira Andrade, magistrado del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, esta reivindicación está amparada en la Constitución española, ya que en ella prevalece el derecho a la libertad sobre el derecho a la vida.

Un reciente sondeo efectuado entre médicos, enfermeras y estudiantes de Medicina de Valladolid revela que en torno al 80% de los encuestados se manifestó contrario a practicar tanto la eutanasia pasiva (por omisión de tratamiento), como la activa (por inducción de la muerte mediante fármacos). En esto coincide con los resultados de otro realizado recientemente por el Colegio de Médicos de Barcelona, en el que se destaca la petición casi unánime de la objeción de conciencia para los facultativos en caso de legalización de la eutanasia.

No al ensañamiento

Porque lo que los médicos siguen defendiendo es el tratamiento "digno" de la muerte, entendiendo por ello la utilización de fármacos que alivien en sufrimiento de los moribundos, aunque indirectamente acorten su vida, así como evitar el "ensañamiento terapéutico" cuando el proceso es irreversible. En este sentido se manifestó Manuel Nuñez Olarte, médico responsable de la primera unidad de cuidados paliativos que va a poner en marcha el hospital Gregorio Marañón, en Madrid, siguiendo los criterios de la Organización Mundial de la Salud. La unidad, atendida por personal especializado, tendrá 28 camas en habitaciones individuales y espacio para que el enfermo pueda ser acompañado por su familia.Otros sectores sociales reivindican, por el contrario, el derecho a elegir libremente la propia muerte. Es el caso de los testigos de Jehová y los miembros del grapo que rechazan tratamientos, así como los pacientes terminales que demandan la eutanasia. Sus reivindicaciones estarían plenamente amparadas por la Constitución española, ya que ésta hace prevalecer el derecho a la libertad sobre el derecho a la vida, según expuso en las mismas jornadas Antonio Pedreira Andrade, Magistrado del Tribunal de Justicia de Madrid. Esta visión, compartida por otros juristas, contradice la decisiones adoptadas hasta ahora por el Tribunal Constitucional. A juicio del magistrado, una interpretación "paternalista" del derecho a la vida y cierto "desfase" del código penal son las causas de que hayan sido rechazados los recursos de los miembros de los GRAPO contra su alimentación forzosa. "Yo, como hombre de derecho, pienso que el principio de libertad también debe prevalecer en este caso".

Jugarse la vida

El Tribunal Constitucional ha venido rechazando igualmente que las sentencias que autorizan el tratamiento de Testigos de Jehová vulneren la carta magna.Y en este punto, el juez coincidió con la exposición de Diego Gracia Guillén, catedrático de Historia de la Medicina de la Universidad Complutense: "Si el testigo de Jehová es plenamente consciente y adopta la decisión con responsabilidad, hay que cuestionar por qué no se respeta su libertad, y yo creo que hay que respetarla"' dijo Pedreira.

"Una persona tiene derecho a jugarse la vida", defendió Gracia Guillén. "Al señor que se juega la vida por su fé se le llama santo; al que lo hace por servir a la patria se le llama héroe y al que consume su vida por un ideal científico se le llama genio o sabio", recordó. Por ello planteó la cuestión del debate como un conflicto entre los deseos del individuo "y esa especie de obligación que parece que tiene la sociedad de tutelar la vida de otras personas". El problema, para el catedrático de Historia de la Medicina está en admitir que la vida puede no representar un valor fundamental para muchos individuos: "Que hay otros valores superiores, como son los ideales".