Sin miedo a las reposiciones
La Scala no teme las reposiciones. De los 10 títulos programados este año, cuatro son producciones ya vistas en el escenario milanés con anterioridad, incluso en fechas recientes. Tras Idomeneo se estrenará Le comte Ory, de Rossini (del 12 al 30 de enero y del 22 de marzo al 5 de abril), con un montaje de Pier Luigi Pizzi, estrenado en el festival de Pesaro; Adriana Lecouvreur (del 2 de abril al 12 de mayo), con dirección musical de Giandrea Gavezzeni y escénica de Lamberto Pugelli, es una producción vista en la Scala en 1988; lo mismo puede decirse de Lo frate innamorato, de Pergolesi (del 13 al 20 de abril, con dirección musical de Muti y escénica de De Simone), y de La traviata (del 24 al 28 de abril, Muti / Liliana Cavani): ambos estrenados la pasada temporada.Entre las novedades Figuran La fanciulla del west, de Puccini (del 29 de enero al 5 de marzo), confiada a Lorin Maazel y al veterano Johnathan Miller; Lodoiska, de Cherubini (del 2.2 de febrero al 10 de marzo), de la que se responsabilizarán Muti y Luca Ronconi; Manon Lescaut, de Puccini (del 6 de junio al 2 de julio), con dirección de Seiji Ozawa y dirección escénica aún por definir, pues de ella debía hacerse cargo Pierre Romans, muerto el pasado mes de noviembre; y finalmente Attila, de Verdi (del 25 de junio al 8 de julio), con Muti y Jerôme Savary.
Queda por consignar un último estreno, que se ofrecerá en primera representación italiana: El desprecio del mar, de Hans Werner Henze sobre un relato de Mishima, con dirección musical de Marcus Stenz y escénica de Philippe Piffaut. Los espectáculos se celebrarán del 21 de marzo al 30 de abril en el Teatro Lírico.
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