Bush recibe en Montevideo el apoyo uruguayo a la iniciativa de las Américas

Los presidentes George Bush y Luis Alberto Lacalle expresaron ayer en Montevideo su preocupación por el futuro de las negociaciones de la Ronda Uruguay sobre la libertad de comercio, que se celebran actualmente en Bruselas, y advirtieron que un fracaso en llegar a un acuerdo final tendría "graves consecuencias". Bush encontró en su anfitrión a uno de los más entusiastas partidarios de su Iniciativa de las Américas, un ambicioso proyecto que aspira a conseguir la integración de las Américas en una zona Única de libre comercio.

El presidente norteamericano llegó ayer a Montevideo, procedente de Brasilia, para una visita oficial de 22 horas de duración dentro de una gira de siete días por cinco países latinoamericanos.En unas palabras de bienvenida a la llegada de Bush al aeropuerto de Carrasco, el primer mandatario uruguayo calificó el proyecto de "piedra militar en las relaciones hemisféricas", que demuestra, dijo, "el cambio cualitativo" introducido por el actual presidente norteamericano en las relaciones, hasta ahora generalmente tormentosas, mantenidas entre Washington y los países latinoamericanos.

Lacalle, que ha declarado repetidamente que lo que precisan los países iberoamericanos de Estados Unidos "no es más ayuda, sino más comercio", declaró que los pueblos del continente confiaban en poder conseguir pronto resultados concretos de la Iniciativa de las Américas. "No hay demasiado tiempo para la esperanza", manifestó Lacalle expresando la preocupación de muchos líderes del continente ante el creciente deterioro del nivel de vida de sus países.

En términos parecidos se expresó el presidente brasileño Fernando Collor de Mello en la cena de gala ofrecida a Bush en Brasilia. Collor advirtió que "el fin del bipolarismo ideológico" como consecuencia de la terminación de la guerra fría "no puede dar paso a una bipolaridad todavía más pronunciada entre los países ricos y los pobres".

Bush, el cuarto presidente norteamericano que visita Uruguay tras Franklin D. Roosevelt en 1936, Dwight Eisenhower en 1960 y Lyndon Johnson en 1967, puso de manifiesto su intención de basar las relaciones entre Estados Unidos y sus vecinos del sur en un marco de igualdad desconocido en el pasado. "Asistimos al amanecer de un nuevo mundo y queremos compartir esta nueva era con nuestros hermanos y hermanas de Uruguay y del resto de América Latina", dijo. En su referencia a las conversaciones de la Ronda Uruguay que se celebran en Bruselas, Bush se mostró coincidente por la preocupación expresada momentos antes por Lacalle sobre la necesidad de llegar a un acuerdo final. "Es necesario que en Bruselas se encuentre la necesaria voluntad política para limitar o reducir las distorsiones que sufre en la actualidad el comercio mundial", añadió.

En una conferencia de prensa niantenida por los dos presidentes después de una reunión en la Casa de Gobierno, Bush desmintió las informaciones aparecidas ayer en algunos medios norteamericanos según las cuales los cinco grandes del Consejo de Seguridad habían alcanzado un acuerdo previo a la ultima resolución de ofrecer a Irak una promesa de no atacar territorio iraquí si retiraba sus tropas de Kuwait.

"Que yo sepa, no existe tal promesa", manifestó el presidente, norteamericano. "Lo único que tiene que hacer Irak es cumplir en su integridad las resoluciones de las Naciones Unidas, y ése es el mensaje, y no otro, que Jim Baker [el secretario de Estado] trasladará a Bagdad y yo le comunicaré a Tarek Aziz [ministro de Asuntos Exteriores iraquí]", dijo. Bush tenía previsto pronunciar un discurso ante el Congreso uruguayo antes de pernoctar en la localidad turística de Punta del Este y trasladarse hoy a Buenos Aires, tercera etapa de su gira latinoamericana.