Portugal celebra la independencia con un sentido europeo

Portugal celebró, en un nuevo sentido europeo, este primero de diciembre su larga "resistencia al imperialismo cultural castellano" con las ceremonias conmemorativas del 350º aniversario de la Restauración de la Independencia Portuguesa, después de menos de un siglo de difícil cohabitación con los otros reinos entonces reunidos bajo el cetro de los Felipes (de 1580 a 1640).El presidente Soares y el primer ministro Cavaco Silva se han asociado a las conmemoraciones de la Fiesta de la Independencia que, por primera vez en muchos años, han adquirido un cuño institucional y oficial, bajo el patrocinio de la Secretaría de Estado de la Cultura.

Los actos realizados simultáneamente en Lisboa y en Vila Viñosa, Alentejo, en el palacio que fue el solar de la dinastía de Braganza, que arrebató la corona portuguesa a los descendientes de Felipe II, tienen el mérito de rescatar, dándole un nuevo sentido europeo una fecha que había sido aprovechada últimamente por los círculos ultranacionalistas para manifestaciones agresivamente anti-españolistas.

Entre el éxito de la muestra Libros de España, en curso desde el inicio de noviembre en Lisboa, y la cumbre hispano-portuguesa del 5 de diciembre, en el Algarve, se reafirma la excelencia de las relaciones políticas y económicas entre los dos vecinos ibéricos, los gobernantes portugueses tratan de dar una dimensión más moderna y europea a la defensa de su identidad cultural, que por motivos históricos varios ha tomado casi siempre el carácter de una "resistencia a la invasión española".

La expresión tiene mucha fuerza en el inconsciente colectivo luso y reaparece, cuando menos se espera, en los discursos de los políticos y en las páginas de los periódicos más progresistas y declaradamente favorables a la Unión Europea y a la edificación de la casa común de los Doce, como núcleo duro de la reunificación del Viejo Continente.

Manuales escolares

Los intelectuales y la opinión pública española estarían seguramente sorprendidos por el revuelto provocado en el rincón más occidental de Europa, por la decisión, tomada en el reciente seminario ministerial hispano luso, de crear una comisión mixta para preparar la revisión de los manuales escolares, para eliminar sobre todo en la enseñanza de la Historia, los vestigios de una interpretación ultranacionalista de la misma, incompatibles con la formación de una mentalidad y de una conciencia europea.Se trata de una directiva comunitaria, aprobada conjuntamente por los Doce. La reforma pretende exclusivamente acabar con la noción de enemigo hereditario y de antagonismos insuperables entre los pueblos de las distintas naciones y estados, que tuvieron también sus horas de mayor instrumentalización entre franceses y alemanes, entre ingleses y franceses o entre éstos y españoles, para no hablar del rebrote en varios países de las cuestiones nacionales.