Receta para durar

Michel Rocard ha salvado por los pelos su Gobierno el pasado lunes por la noche. François Mitterrand tendrá que conformarse.Pero si el primer ministro puede felicitarse de haber escapado a la censura, la prueba de que no tiene posibilidad de seguir en Matignon ha sido aportada al hacer uso repetidamente del artículo 49-3. Esta práctica institucional no ha permitido nunca una mayoría de recambio. En revancha, el Parlamento se ha encontrado desposeído de su prerrogativa esencial, ya que es el Ejecutivo el que hace las leyes. ( ... ) El buen funcionamiento de las instituciones supone una armonía perfecta en las altas jerarquías del Estado. Así, François Mitterrand se las ingenia para hacernos creer que entre Michel Rocard y él no hay entendimiento. Frente a ese bloqueo, el inmovilismo del primer ministro constituye la mejor receta para durar, a falta de poder responder a las aspiraciones de los franceses. Los descontentos se multiplican; los escándalos, también. Tanto la izquierda como la derecha están de acuerdo en constatar el malestar de la sociedad.

El edificio sobre el que el jefe de Estado ha construido su gestión política se derrumba. La decisión de los comunistas de apoyar la moción de censura marca un cambio importante. Por primera vez, los aliados de ayer, gracias a los cuales el poder socialista pudo imponerse, se han convertido en adversarios declarados. ( ..)

22 de octubre